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Banda Porota llegó a tener presencia en el medio y la red de la música para la infancia como uno de los proyectos de la asociación Crin Chile, que reunía agrupaciones generacionales (Paztitas, Los Patapelá, Volantín, Wachún, entre otras). El grupo adoptó su nombre de una de las hijas de la pareja, una niña curiosa llena de preguntas sobre la vida a la que ellos llamaban Porota incluso antes de su nacimiento. Desde una educación ambiental ("Agua en tu lugar", "Señor viento", "La lluvia", "El Loa", "Humedal costero", "Quisquito escondido", "Viaje al desierto"), musicalmente el repertorio se movió con libertad no solo desde la canción infantil tradicional sino hasta el uso de ritmos del folclor latinoamericano, como pericona y huayno, además de bossa nova e incluso raggamuffin.

Luego del primer álbum, Jugar por naturaleza (2018), sus cápsulas educativas tituladas "Aprender por naturaleza" señalaron un rumbo que se conectó luego con el álbum Plaza Mirasol (2022). Y en su tercer trabajo, En mi jardín (2024), el grupo cerró la primera etapa de diez años como conjunto ampliado. Entoces se redujo al dúo original con Gómez y Bezamat, siempre rodeado de su núcleo familiar, para un proyecto de canciones que tendría intersantes cruces y colaboraciones con nombres del mundo del pop ahora en la canción para la infancia, incluyendo allí a Gonzalo Yáñez y Mariel Mariel.