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Relatos de la reconstrucción: un recorrido al sur con Iván Molina

El baterista de tantos grupos de Concepción ha seguido el terremoto desde la capital, y esto es lo que ha visto.

miércoles 3 de marzo de 2010

Iván Molina nació en Temuco, vivió en Concepción desde los cuatro años, entre 1972 y 1996, y hace tres años fue a instalarse a Niebla, cerca de Valdivia. Son todas coordenadas sureñas que se han cruzado en su vida a la par que la mayoría de los grupos musicales en los que ha tocado batería, desde Emociones Clandestinas y Santos Dumont, ambos de Concepción, en los '80 y '90, hasta Philipina Bitch, de Concepción, y Pituquitos, de Valdivia, en la actualidad.

Pero Molina no estaba en ninguno de esos lugares la noche del sábado 27 de febrero recién pasado. El peor terremoto de los últimos cincuenta años en Chile lo sorprendió en Santiago, un rato después de haber tocado con los propios Philipina Bitch en el Bar Loreto de la capital. Parte de su familia y en particular su madre sí viven en Concepción, donde ella pasó el terremoto y luego vivió los días de incertidumbre que la televisión se ha encargado de transmitir en forma copiosa en los últimos días.

–Ella está con los vecinos, se han organizado entre todos –explica el músico, aún en Santiago a tres días del sismo, sin haber podido viajar a Concepción, uno de los puntos más devastados por el desastre–. Está durmiendo en un auto, afuera. Es que vive en un quinto piso, y el edificio está bien pero se cayó todo adentro del departamento, y además hay réplicas a cada rato y en Conce hasta ahora no hay luz. Afortunadamente parece que entre los vecinos armaron algo comunal y tienen provisiones.

–¿De Valdivia qué noticias has tenido?
–En Valdivia están bastante bien, y en Niebla en particular estuvo el temor del tsunami. El mar se recogió, quedaron los botes varados en la arena y hubo un pánico, pero no ocurrió. Yo me iba al día siguiente de la noche del terremoto a Valdivia, pero no había buses. Y hasta el domingo (al día siguiente) los Philipina no tenían noticias de sus parientes en Concepción.

–¿Qué te causan esas imágenes de violencia en Concepción que se vieron en los noticieros?
–Estoy súper afectado por mi mamá, y por lo que veo en la tele. Creo que en Conce hay un ambiente de mucho resentimiento bien mala onda, que se ve en cosas como que al otro día están saqueando un supermercado. Ya se trata simplemente de robo, no hay un espíritu para nada solidario.

–¿Eso es algo reciente o viene de antes?
–Después de que me fui hace quince años de Conce ya no me gustaba mucho volver. Iba incluso al barrio Estación y estaba esa tensión. Siento que hay un "yo hago lo que quiero". El sector donde está ese edificio que se cayó (el edificio Alto Río, en la costanera del río Bío Bío) recuerdo que cuando yo era bombero, desde el año '86 hasta el '90, era tierra nadie, había que llegar con resguardo policial.

–¿Pero no es algo que ha pasado en todo el país?
–Aquí en Santiago he visto que pasa en algunas partes, pero en Valdivia por ejemplo es todo lo contrario. Son situaciones que han creado resentimiento, y cuando además se da esta vía de escape de un terremoto es una excusa. Es una prepotencia que está mostrando sus frutos. No estaban saqueando porque estuvieran con hambre: lo que pasa ahora tiene que ver con la escasez de valores más que de bienes materiales, y eso es mucho más profundo.

David Ponce.
Foto: Francisco Molina (2007).