Morí sin morir: huellas de Spinetta en Chile
Diversos músicos locales recogieron el influjo del autor argentino, en un arco que va desde la canción de solistas hasta el rock más lisérgico.
lunes 13 de febrero de 2012
Lo suficientemente inmenso como para cruzar con su música las fronteras de su país de origen, el cantante argentino Luis Alberto Spinetta (1950-2012), quien el 8 de febrero murió en su natal Buenos Aires a los 62 años a causa de un cáncer al pulmón, fue un nombre relevante para músicos chilenos de distintas generaciones. Algunos de ellos lo recuerdan aquí, y uno, Rudy Wiedmaier, convoca a un concierto de homenaje (ver detalles al final de esta nota) el viernes 17 en Santiago.
Versiones y reversiones
Remontada a los orígenes para empezar, en su disco La ira de Dios (2002) la banda de rock Yajaira aumenta el vuelo y el peso originales de "Era de tontos", una canción del LP Spinettalandia y sus amigos (1971). Hecha por Spinetta junto al blusero y rockero Norberto Pappo Napolitano, es rebautizada por Yajaira con el título más lisérgico de "Alteración del tiempo". "Este tema me partió el cerebro", es la presentación simple y directa del bajista Miguel Montenegro en esta entrega en vivo.
Influencias más diversas hay en la serie de cuatro discos de tributo Al Flaco… dale gracias que decenas de grupos y solistas argentinos grabaron entre 2007 y 2010, entre los cuales hay dos músicos chilenos, encabezados por Catalina Claro. En el último volumen de la serie, la cantante, pianista y compositora incluyó una versión de "Bajan", canción del disco Artaud (1973) que Spinetta hizo con su segunda banda, Pescado Rabioso.
También está presente allí el prolífico cantante Javier Barría, quien propone una lectura de "Ciénaga dorada", del disco de Spinetta como solista Para los árboles (2003), y quien ha tenido al músico argentino como una de sus primeras influencias junto a otros nombres como los de Daniel Melero o Charly García. "Spinetta es la punta del iceberg", ha dicho Barría, "es la música que escuchaba desde chico, cuando estaba aprendiendo a tocar".
–Entré al proyecto muy tarde y ya estaban la mayoría de los discos de Spinetta cubiertos, salvo dos: Don Lucero (1989) y Para los árboles (2003) –explica, acerca de la canción escogida–. ("Ciénaga dorada") Es una de mis favoritas de esos discos. Un detalle curioso es que para mi reversión elegí samplear a Lou Reed y su intro de "Walk on the wild side", sólo por el parecido fisonómico entre él y Spinetta… terminó siendo la columna vertebral de la canción.
Generaciones y descubrimientos
Más próximo es el vínculo que desarrolló Rudy Wiedmaier, cantante y autor iniciado a comienzos de los años '80, quien tuvo ocasión de abrir uno de los conciertos de Spinetta en Chile.
–Fue un regalo de la vida, su música me acompañó desde los trece años, su poesía me inspiró a crear y a vivir intensamente, aún en los días tristes, y lo seguirá haciendo –dice–. Tuve la fortuna de conocerlo, telonear algún show suyo y sólo recibí de su parte buenos comentarios acerca de mi trabajo. Reconocimiento que no merezco y que habla de la generosidad de Luis como ser humano.
–Su música llegó a mí en plena adolescencia, una época de muchos descubrimientos y asombro, y me impactó profundamente tanto en lo lírico como musical –refiere a su vez Javier Barría–. Sentí que no había nada que se le pareciera mucho, ni siquiera el trabajo de sus coterráneos Charly García, Fito Páez o Soda Stereo, a quienes ya conocía y siempre han sido populares en nuestro país. Pese a que con los años me fui volviendo mas crítico de su obra, siempre ha sido para mí un paradigma de belleza, originalidad e independencia artística.
Una óptica distinta tiene el productor Alfredo Saint-Jean, en cuyo Teatro Nescafé de las Artes de la capital Spinetta dio los últimos shows de su vida en Chile, el 13 y el 14 de junio de 2011. Antes ya había trabajado con él en los cuartos Carnavales Culturales de Valparaíso (2004), y la primera vez en un recordado concierto en el Teatro California de la comuna capitalina de Ñuñoa, el 10 de julio de 1992. Pero el vínculo se remonta hasta fines de los '60, cuando Saint-Jean incursionaba como incipiente productor de conciertos de rock.
–Es una persona que me tocó conocer por los años '68 ó '69, en mi primer viaje a Buenos Aires –dice y recuerda un detalle anecdótico–. Tenía unos zapatos que le quedaron chicos y les había cortado la parte que sobraba, de modo que aparecían los dedos de los pies en la punta de los zapatos, no me olvidaré nunca. Él fue una de las personas que me inspiraron para realizar la labor de búsqueda de bandas alternativas de rock en Chile, como Escombros, Aguaturbia, los Blops, Los Jaivas y los Sacros.
–La noticia ha sido recibida con mucha tristeza, emoción y gratitud hacia su persona y obra, transversal en todas las generaciones, disciplinas y escenas –reporta Barría desde Buenos Aires, donde lo sorprendió la fecha de muerte del cantante–. Su música ha sonado en muchas radios, se escucha en las calles, bares. Para el rock en español veo el trabajo de Spinetta como un punto de referencia ineludible, que nació en una época en Latinoamérica donde aún no se afirmaba una identidad clara de esta música de origen anglo y que posteriormente traspasó con creces el género, expandiendo sus límites poéticos y musicales.
–La importancia de Spinetta es haber expandido los límites de la canción contemporánea –coincide y concluye Wiedmaier–. Con audacia y adelantado a su tiempo exploró las armonías, iluminó la poética del cancionero latinoamericano, vinculándolo a la literatura universal, a la filosofía, al surrealismo. Y todo esto bajo un marco estético de gran belleza, con una complejidad inusual pero, al mismo tiempo, relacionado con lo popular en una actitud cotidiana y natural, vinculado al tango y al folclor argentino desde muy temprana edad. Y algo que es fundamental: supo tener un temple de acero para relacionarse con el negocio de la música, que no siempre es de los más limpios, sin perder su honestidad de creador y persona. Abrió caminos para varias generaciones y, pienso, para otras que vienen, como ejemplo de perseverancia, construcción de obra propia en el tiempo y lucidez.
Rudy Wiedmaier: concierto homenaje a Luis Alberto Spinetta.– Viernes 17 de febrero, 22.00 horas. El Sindicato, Maipú esquina de Compañía, barrio Yungay, Metro Quinta Normal, Santiago. $3.000.
Foto: Spinetta en la contraportada de su LP Sólo el amor puede sostener (1980, Columbia).