Agustín Moya completa a sus 30 años la trilogía inicial de álbumes como líder que marcarán su primera etapa en el jazz contemporáneo como uno de los principales exponentes de la época. Todos con distintas formaciones, serán además trabajos donde Moya utilizó conceptos de cierta abstracción para sostener y proyectar su música: lo inapelable en Doble viaje (2005), lo inconmensurable en Infinito (2009) y lo intangible en este Espacio elástico (2011), donde el saxofonista se lanza al vacío en una sesión en directo registrada en el club Thelonious, sede de los jazzistas de su generación. Aquí Moya se define por el ejercicio de la interpretación y la improvisación por sobre la composición, que había mostrado en su anterior trabajo, y se inclina de paso por el formato de cuarteto clásico con piano. La contraparte de su instrumento solista será entonces el pianista estadounidense Joel Holmes, además de la sección rítmica que integran Eduardo Peña (contrabajo) y Félix Lecaros (batería). Luego de este álbum, que incluye otra serie de piezas originales de categoría ("Sincrodestino", "Cyclic episode", "Espacios elástico" y la estimulante "Siete a las siete"), el saxofonista ingresaría en un período de silencio discográfico que se prolongará por cinco años. —Antonio Voland