En el renacimiento de una cantante como no existió antes y no ha existido después en la música chilena, la ex voz de Fulano y de MediaBanda toma como propios pensamientos amplios acerca de la impermanencia de las cosas o, visto desde otra perspectiva, su permanente transformación. La figura del aire como materia inaprensible define esa reflexión. "Aire", la única composición que incluye una letra como mensaje descifrado en todo el disco, es un nuevo manifiesto para Arlette Jequier, ahora al frente ella de un sexteto de fusión que toma insumos del rock, el jazz y el avant-garde para elaborar una música de exquisita distinción. Jequier enfatiza aún más su instrumento vocal, entendido como una ingeniería de sonido mucho antes que como el soporte para un texto. El resto del repertorio se mueve entre capas vocales, improvisaciones, blues sentimentales y en el equilibrio de esa voz frente al fliscorno (Sebastián Carrasco), la guitarra eléctrica (Camilo Acevedo), el bajo (Patricio Rojas), los teclados (Adrián Gottlieb) y la batería (Nicolás Ríos). —Antonio Voland