La Patogallina Saunmachín

Ha sido como una extensión natural del trabajo teatral de La Patogallina su propuesta musical, si bien no puede considerársele exactamente una banda. Su historia los ha puesto al servicio de montajes en los que la música tiene una función relevante, y que incluso ha dado pie a levantar durante un tiempo grupos con nombres como La Patogallina Saunmachin, La Banda del Kazuela y La Cumbia de Patricio Cobarde. Desde al año 2000, sus actores-músicos decidieron hacer canciones propias, con influencias diversas y vivísima muestra en directo. Su producción discográfica es exigua pues han sido el escenario y la calle, y no el estudio, su ambiente natural de trabajo. De sus muchos y cambiantes integrantes se mantiene Martín Erazo en la dirección.

Alisú

Gestora de proyectos, DJ y creadora musical, Jessica Campos de la Paz ha sido, bajo el seudónimo Alisú, nombre persistente en el panorama de la electrónica chilena. Nacida en Viña del Mar, iniciada en la música con el trío Manziping, la también diseñadora gráfica coordina hoy desde Valparaíso proyectos personales y colectivos, entre los que se incluyen sus propios discos y los de su sello, Modismo. Define su sonido como «el retrato de sonidos ambient orgánicos producidos con sintetizadores digitales y análogos, grabaciones de campo, grooves rítmicos adherentes y una voz procesada por efectos». Se ha presentado en festivales como Earthdance (2002 y 2004) y Mutek (2004 y 2006), además de la gira a México que emprendió en 2007 junto a Danieto y Mika Martini. Cofundadora, junto con Adine Frost y Paula Burgos, del colectivo Woman in Power (WIP).

Minerva Carrizo

Así como ocurrió con otros intérpretes del swing (Rodrigo González, Myriam O), sólo cuando Minerva Carrizo llegó a sus treintas se lanzó en la carrera solista como cantante, en un trabajo bilateral con el pianista Jaime Pinto que había comenzado diez años antes de editar su álbum debut. Pero aunque Carrizo se autodefinió como intérprete swing y no como cantante de jazz, también fue cierto que se apuntó un espacio como compositora de piezas que nutrieron su disco Brand new. Conversations with James (2006).

Matías Aguayo

Del grupo de chilenos destacados en la escena electrónica alemana y que desde los años noventa estableció en Europa su sede de trabajo (Ricardo Villalobos, Dandy Jack, Dinky, entre otros), Matías Aguayo es el más joven y el menos dado a la dinámica colectiva. Su trabajo ha avanzado más bien por una pista solitaria, que le ha permitido establecerse en diferentes ciudades y no abanderizarse hasta ahora con un estilo musical rígido. París, Buenos Aires, Berlín han sido sedes sucesivas de trabajo, y su labor como DJ lo ocupa entre otra serie de oficios vinculados a la composición, producción y gestión discográfica (a través del sello Cómeme). Es, además, uno de los músicos chilenos con mejores críticas en la prensa especializada extranjera.

Natalia Bernal

Natalia Bernal pertenece a una prolífica generación conocida como la “nueva ola del jazz vocal”, que surgió a mediados de la década de 2000. Pero mientras solistas pares como Natacha Montory, Paz Court, Nicole Bunout, Camila Meza o Javiera Abufhele, salieron desde el swing hacia otras rutas modernas de música pop, funk y rock, Natalia Bernal se convirtió en la cantante que más y mejor se involucró con el latin jazz, desde su radicación en Boston en 2003, ciudad donde estudió canto jazzístico y producción musical en la escuela de Berklee.