2000
Rock, jazz, música electrónica y experimental son, entre otras, las fuentes reunidas por los músicos de un movimiento que recibió el nombre genérico de post-rock en los años '90. En Chile ese método tuvo eco en grupos como Gnosis, SuperSer y el que más registros dejó de su trabajo: Mota. Tocaron sólo tres años, pero su música, esquemática y sugerente a la vez, quedó en un disco para la posteridad. Mota empezó como un dúo de trip-hop entre José Junemann y la cantante Muriel Valle, pero la definitiva formación instrumental debutó en mayo de 2001 en la Escuela de Cine de Chile. En Mota demo (2001) y luego el álbum Mota disco (2002) mostraron un sonido rico en timbres y en arreglos. El grupo se disolvió en 2003, y sus integrantes se reocuparon luego en bandas como con The Ganjas y Pendex.
El trío Prolapsus se integró a la nueva vanguardia de los 2000 orientada a la improvisación libre y la exploración sonora, con una obra abierta que igualaba la dureza electrificada del rock, el riesgo de la aventura experimental, la rigurosidad de la música contemporánea y cierta aproximación al jazz improvisacional. A fines de 2001, el guitarrista Lorenzo Román (ex Trío Binario) llevó a un grupo los aprendizajes de los talleres de improvisación libre dictados por figuras de la guitarra avant-garde como Fred Frith, René Lussier y Jean Derome (además de los cursos del pianista británico Martin Joseph).
Debutó en 1974, comenzó a grabar en 1979, en sus inicios fue parte del movimiento cultural contrario a la dictadura de Pinochet, y esas coordenadas históricas pudieron moldear algunos de los rasgos musicales de este cantautor: un inconformismo a toda prueba, la virtud de no ser explícito en sus versos y la capacidad de desplegar las posibilidades de una guitarra acústica. Pero en el fondo su música no tiene edad. Hasta hoy Moraga tiene un pie en la bossa nova y otro en el funk, y en sus composiciones circulan el rock, el jazz, Antonio Carlos Jobim, Frank Zappa, Miles Davis, Spinetta, la Mahavishnu Orchestra y la Nueva Canción Chilena. Con todas estas fuentes, y aún al margen del negocio discográfico como una condición constante, el autor tiene escritas dos composiciones esenciales de la música popular chilena como "La vida en ti" y "Romance en tango", y su cancionero es un inventario de inquietud musical tan extenso como valioso. Entre 2006 y 2009 residió en París.
Se llamaba Osvaldo del Tránsito Ulloa Lobos, pero quienes lo conocieron saben que su nombre más familiar era «Chosto», y que era una de las eminencias de la poesía popular en Chile. Nacido en el fundo El Principal de la ciudad de Pirque que siempre fue su hogar, Ulloa fue un devoto del canto a lo divino y un cultor natural del guitarrón chileno, herencias recibidas de su padre, Manuel Ulloa Cortés, también cantor a lo divino, que Chosto cultivó en encuentros de canto y guitarrón hasta su muerte, el 7 de octubre de 2010.
Versátil baterista y estudioso de las músicas actuales, Cristóbal Tobar tiene una historia que transita en diversos caminos simultáneamente, entre el jazz sanguíneo en el que se inició hasta el drum and bass y sobre todo el funk en sus distintas dimensiones. Ocasionalmente DJ y activo músico de figuras del pop independiente como Pedropiedra, Mariel Mariel, Andrés Landon, Marcelo Vergara y el grupo Uruz, Tobar tuvo su estreno como líder con un proyecto de jazz funk al que denominó Nasty Trío y con el que en 2017 llegó al disco: Sucio y sensual.
Miembro de un clan histórico, Pablo Lecaros surgió en el jazz chileno y la música popular como uno de los primeros solistas del bajo eléctrico en la era de la fusión, junto al peruano radicado en Chile Enrique Luna. Lecaros fue desde mediados de los '70 un ejemplar inédito, formado con las claves del jazz, las armas del rock y las raíces de la música popular chilena. Un punto de confluencia de tres líneas que queda bien representado en su composición "Tonada para la pachamama", una de las más fundamentales en este campo, que el músico grabó con grupo La Marraqueta.
La Pozze Latina ha sido uno de los pilares del hip-hop hecho en Chile, no sólo porque fue uno de los primeros conjuntos en practicar el género en el país, sino también porque ubicó de modo pionero el rap en las radios locales, antes del salto a la fama de grupos como Tiro de Gracia y Makiza. A través de los tres discos que registró durante los años '90, la banda transitó desde un rap con contenido, característico de los comienzos de este movimiento en Chile, hasta canciones con humor o referencias eróticas; consiguiendo que temas como "Sex maniac", "Pazz la cerveza", "Con el color de mi aliento" y "Chica eléctrica" se convirtieran en hitos de popularidad. Tras algunas crisis por la inscripción del nombre, el fundador Jimmy Fernández lideró una nueva encarnación de la banda a partir de 2013.
Cellista, compositor, improvisador, pero ante todo un músico experimental, desde Francia y desde España Matías Riquelme ha sido cultor de una música moderna y subterránea, llevada a cabo en solitario pero también a través de distintos ensambles que ha dirigido, como Cellp, proyecto que abordó el jazz, la electrónica, el rock, la música docta y la música improvisada en diversas dimensiones.
Sol y Medianoche fue uno de los primeros grupos en Chile dispuesto a recuperar el legado de canto popular de Violeta Parra y presentarlo en clave rockera y eléctrica. Combinaron ese trabajo con composiciones propias, y es posible ubicar su música en una continuidad con lo que una década antes que ellos hicieron Los Jaivas, Blops y Congreso. Desde 1982, la banda reunió a músicos antes experimentados junto a En Busca del Tiempo Perdido, Sol de Medianoche y Tumulto, afines al rock progresivo, el rock duro y el canto de raíz latinoamericana.
Enfermos Terminales fue uno de los importantes grupos del circuito hardcore de los años '90 en Chile. Por más de una década dieron vida a un colectivo singular, de inquietudes musicales viscerales y de lazos firmes con la escena alrededor suyo. De hecho, casi todos los integrantes de su formación fueron también parte de otras bandas, como Disturbio Menor, Niño Símbolo, Fracaso, Miedito, DTH (Death to Humanity), Silencio Absoluto, DonFango, Griz o Total Mosh.
Un rin con nombre y ritmo chilotes pero compuesto en el entorno citadino de Santiago es un reflejo fiel y un punto de partida para la música de Mariela González. "Rin del jardín" es una de las primeras melodías de esta autora y cantante iniciada en el Canto Nuevo, de los '70, a partir de los cuales ha sostenido un repertorio registrado décadas más tarde en su disco En privado (2002), además de algunas canciones de Congreso que cuentan con su coautoría. Radicada en Francia desde 2005, continúa allí su trabajo entre el canto y la fusión latinoamericana.
Karen Rodenas es una cantante y profesora de voces. Integra la generación de solistas de mediados de los años 2000, que comenzaron en el repertorio tradicional del swing pero luego estallaron en distintos espacios musicales, entre ellas los nombres de Natacha Montory, Camila Meza, Nicole Bunout y Javiera Tagle. Rodenas se convirtió en una estudiosa solista de la música improvisada y la fusión en sus diversas formas, encabezando proyectos de jazz propios o como parte de conjuntos. Su único disco es Karen Rodenas Cuarteto (2013).
El grupo Melvin Crema llegó de Chillán a Santiago con el fin de contagiar a la capital de un pop pegajoso, tanto a través de radios como televisión (por su participación en la banda sonora de la teleserie "Brujas"). Durante sus tres años de existencia, el grupo trabajó un sonido cercano al punk-pop acelerado de Tronic o Glup!
Gustavo Becerra-Schmidt, el compositor el más joven en recibir el Premio Nacional de Arte, en 1971, fue una de las figuras vitales en la renovación de la creación y la formación musical. Abordó todos los tipos de música, incluyendo óperas, sinfonías, oratorios, música electroacústica y colaboraciones con agrupaciones de la órbita popular como Quilapayún. Su figura y su obra representa un punto de inflexión en la historia de la composición académica moderna.
Un nombre propio es la denominación que el actor Matías Oviedo dio a su proyecto musical, que siempre fue un trabajo colectivo, pero que solo lo tuvo a él como integrante permanente en un rasgo que, incluso, los hizo recibir la denominación de "banda solista". Con elementos de pop de rock y sonidos bailables, Julio Pino grabó tres hasta el 2015. Oviedo comenzó con Julio Pino luego de su paso como bajista y compositor de Bobo, y como parte del proyecto Taulis del compositor Sebastián Wallerstein. El 2016 presentó un disco como solista, poniendo en entredicho la continuidad de la banda.
Mente Sabia Cru es un nombre del hip-hop de los años 2000 proveniente de la zona norte de Santiago. Formados a fines de 1999, primero como una dupla de amigos y luego como un colectivo de cinco MCs. El año 2006 comenzaron a editar demos con sus canciones, y el 2008 debutaron con un primer disco. Hasta el 2014 completaban una discografía de tres títulos, y resolvieron editar un disco solista cada uno, que ellos consideran parte de la historia de la banda. El 2016, terminados sus discos solitarios, volvieron con un nuevo disco, Elefante, y con el leal apoyo de su importante circuito de público.
El Grupo Albacora nace en una de las capitales cumbiancheras chilenas por excelencia, Coquimbo, en septiembre de 1987. Según William Carrasset, más conocido como Agüita, fundador, compositor y director musical del grupo, la inspiración de sus composiciones viene del puerto, de lo cotidiano, del trabajo, de la fe, del amor y de la identidad coquimbana. Dentro de sus referentes musicales señala a Los Fénix, de Calama; a Los Cumaná, de la región de Coquimbo, y por supuesto la influencia de las cumbias peruanas que tan sabrosamente han nutrido el repertorio nacional.
El cruce entre una formación particular como instrumentista, de compositor en academias y la colaboración con músicos pop encauza el particular camino creativo del cantautor Juan Pablo Abalo, quien diversifica su trabajo entre proyectos solistas —para disco y escenario—, la asociación con otros autores e intérpretes y también algunos años como comentarista musical para medios. Es una vocación amplia y diversificada, que el autor aborda sin ansiedad: «He pasado por muchas músicas, y modos de pensarla, y gustos y convicciones», explica. «Es un proceso legítimamente lento, pero enfrentado a un modo de escucha. En ese desfase, lo difícil es encontrar la voz propia».
De Kiruza fue un grupo pionero en la introducción de ritmos negros (afrocaribeños, principalmente) en Chile, y una de las bandas más innovadoras que pasaron por la escena de música local durante los años '80. En plena dictadura desarrollaron una fusión que bebía del funk y el soul, sonidos apenas cultivados hasta entonces en Chile, y que ellos combinaron con elementos latinoamericanos y temáticas tercermundistas, creando un cóctel único en este lado del mundo, y que resultaría de gran influencia para posteriores grupos de hip-hop, funk y afines. Con períodos de interrupción en su trabajo conjunto, la banda se mantiene activa hoy, viva como referencia y también taller creativo y de eléctrica puesta en escena, con una agenda en vivo en marcha y el anuncio de nuevas grabaciones.