En 2014 ganó el premio para Jóvenes Talentos de Balmaceda Arte Joven, y ya a inicios de 2015 apareció en el concierto de los Balcones del Festival Festival Rockódromo de Valparaíso junto a Fernando Ubiergo. Durante esa primera época fue invitada, además, a tocar el acordeón con Camila Moreno, una de sus principales referentes en la canción solista. La creación de Sara Pozo durante esos tiempos se tradujo en paisajes natales del puerto y los lagos. Entre las canciones más difundidas aparecen "Mandala", "Canción de cuna", "Canción para olvidar" y "Luna llena", que ella presentó como solista en pequeños espacios de Puerto Montt y también escenarios mayores como el Teatro Diego Rivera.

Más tarde con estudios de Licenciatura en Música y Composición en la U. Católica de Valparaíso y tras cerrar la etapa que marcó el disco Atmósfera, en 2017 se trasladó a Buenos Aires. Allí continuó su preparación en la Escuela de Música Popular de Avellaneda, con nuevos estudios de composición y de piano, con el compositor Edgardo Cardozo y con Mono Fontana, tecladista de Spinetta. Activa entonces en cierto circuito underground bonaerense, y también permeada por el tango y el folclor argentino, su paso por esa ciudad dejó nuevos trabajos independientes: primero un disco EP de corte experimental, junto al saxofonista de jazz Cristián Gallardo, titulado Espíritu del agua (2019), y luego un trabajo autoral de canciones, Agua de fuego (2020). Junto con ello, como cantante se unió al ensamble de jazz contemporáneo y fusiones liderado por los guitarristas Federico Dannemann y Roberto Dañobeitía, un octeto que grabó el disco Mestiza (2024), inspirado en la figura de Gabriela Mistral.