MusicaPopular.cl
Hijo del artista visual Alfredo Jaar y la investigadora y bailarina Evelyne Meynard, creció inmerso en un mundo de expresión artística, aunque su camino en la música lo forjó de manera independiente. Luego de una estancia en Chile, a los 9 años se estableció con su familia en Nueva York. Para la Navidad de 2003, con 13 años, acompañó a sus padres al estudio de un fotógrafo en Santiago. De fondo sonaba Tiga, un DJ canadiense: "Nunca había escuchado algo así. No entendía de dónde venía esta música, no sabía que la gente bailaba con ella, pero me gustó mucho", dijo en una entrevista con Andrés Muñoz. Un año después conoció los álbumes Thé au Harem d'Archimède de Ricardo Villalobos y Vocalcity de Luomo, que profundizaron su obsesión por la electrónica.
En 2007, un Jaar de 17 años entró en la escena con una pieza enigmática titulada “Little stone”. Luego comenzó a enviar sus demos a distintos sellos. Así cruzó su camino con el de Gadi Mizrahi y Zev Eisenberg, quienes estaban detrás de las legendarias fiestas Marcy. Aquel encuentro marcaría un punto de inflexión en su trayectoria. Aunque se perfilaba como un músico que se haría notar, fue la visión de Mizrahi, figura influyente en el sello Wolf + Lamb y conocedor de la escena neoyorquina, la que impulsó su carrera hacia nuevos horizontes.
El revuelo de es música llevó a Jaar a grabar su EP debut, The student (2007), un trabajo que se desmarcaba de la electrónica imperante con sus ritmos pausados y un aura introspectiva. De ahí en adelante las cosas se aceleraron: Jaar se sumergió en el underground neoyorquino y durante cuatro años exploró las texturas del house, imbuyéndolo de la energía propia del hip-hop. De esta etapa nacieron sencillos como “Love you gotta lose again” y “Don't believe the hype”.
Solo existe ruido: la aparición
Su aclamado álbum debut, Space is only noise (2011), fue publicado por el sello Circus Company: “Space es electro-pop de izquierda, lejano y sin reservas, pero también es paciente, tranquilo y mínimo”, escribió Andrew Gaerig en Pitchfork, medio que lo situó en la categoría Mejor Nuevo Álbum. Irrumpió en la escena a partir de la construcción de un universo sonoro introspectivo y minimalista, donde los silencios y las texturas ambientales adquirieron un protagonismo singular. Fue concebido durante sus años de estudiante universitario.
En la búsqueda por expandir sus límites en la música electrónica, Nicolas Jaar desarrolló From Scratch, una performance singular donde la improvisación y la creación en tiempo real fueron protagonistas. Se presentó en el escenario con una tornamesa, un mixer y una selección de vinilos adquiridos ese mismo día. A partir de este material construyó una música propia sampleando y manipulando los discos en vivo. La primera vez que presentó el proyecto fue en el MoMA PS1 de Queens, Nueva York. Ese acto de creación espontánea se extendió por cinco horas.
Otro hito importante llegó con su debut en el programa BBC Radio 1 Essential Mix, en 2012. Su sesión como DJ y curador recibió el premio Essential Mix Of The Year, mezclando a Aphex Twin con cuartetos de cuerdas o a Ricardo Villalobos con Marvin Gaye.
El lado oscuro y la otra gente: la consolidación
En 2011, Jaar gestó Darkside junto al multi-instrumentista Dave Harrington, músico con una profunda conexión con el free jazz. El proyecto se convirtió en un espacio de libertad creativa, donde ambos fusionaban sus influencias y visiones en un sonido denso, atmosférico y evocador, alternando texturas electrónicas de Jaar con las improvisaciones de guitarra de Harrington. Su primer álbum fue Psychic (2013), mezcla de electrónica experimental, psicodelia, krautrock e improvisación jazzística.
Ese año Jaar fundó el sello discográfico —o también considerada una plataforma— Other People, que que le permitió emprender su propia búsqueda sonora, ética, política y artística. Allí han publicado sus trabajos una muy amplia escena creativa, con nombres como Maziyar Pahlevan, Jena Myung, Abeera Kamran, Somnath Bhatt, Terepa, Charlotte Collin, Lucrecia Dalt, Laurel Halo, Julia Holter, Grégoire Simon y la chilena Valentina Villarroel, entre muchos otros.
Sus siguientes trabajos fueron Pomegranates (2015), una suerte de banda sonora alternativa para la película soviética de 1969 El color de las granadas; la banda sonora para Dheepan, thriller del cineasta francés Jacques Audiard; y tríptico de EPs Nymphs, y The Network, donde él creó un universo paralelo donde 111 emisoras de radio ficticias transmitieron simultáneamente.
El disco Sirens (2016), otro punto referencial en su historia, vino luego a reflejar las inquietudes personales y políticas de Jaar, un viaje sonoro a través de la memoria, la identidad y la historia. Su gestación fue un proceso largo y complejo, marcado por la experimentación, la introspección y un profundo compromiso con el contexto sociopolítico. Fue un trabajo íntimo y político, en el que convivían escenas domésticas de su infancia, en las que él conversaba con su padre, el artista conceptual Alfredo Jaar. La consigna que decora la portada. “Ya dijimos no, pero el sí está en todo”, remite al plebiscito chileno de 1988, que permitió sacar del poder al general dictador Augusto Pinochet tras 15 años.
Against All Logic (A.A.L.) apareció como el alter ego bailable de Jaar, una identidad que entonces le permitió explorar el espacio de la música house y los ritmos más movidos. Publicado en 2018 por Other People, 2012-2017 recopiló algunas de sus improvisaciones durante ese período como A.A.L. Luego, el disco 2017-2019 continuó ese ejercicio, pero mientras el primero era un recopilatorio de funk con momentos de soul, el segundo aparecía con un tono más agresivo e intenso, como intentando romper con el techno tradicional.
Talleres, becas y retornos: la proyección
Con el disco Cenizas (2020), Jaar observaba cada vez más a su interior. Aparecieron allí elementos vinculados a la música neoclásica, la espiritualidad y la música de cámara con el componente electrónico. Fue creado en una cuarentena autoestablecida, incluso antes de la pandemia del covid-19. En 2020 publicó Telas, pieza musical de una hora dividida en cuatro partes ("Telahora", "Telencima", "Telahumo", "Telallás").
Entre 2021 y 2023 el productor colaboró musicalmente con la bailarina mexicana Stephane Janaina, en un dúo de improvisación denominado Miércoles!. 2021 fue también un año de talleres, como los realizados en Chile como parte del programa Mala Memoria, desarrollado por el Museo de la Memoria y Los Derechos Humanos.
Más adelante desarrolló el proyecto de Archivo de Radio Piedras, una obra difícil de clasificar, pues consideraba elementos de instalación sonora, radioteatro, cuento, libro, programa de radio y disco de música. En 2024, la obra se convirtió en una instalación de 24 canales en el Museo Universitario de la Ciudad de México (MUAC), donde se exhibió durante cinco meses, y luego llegaría al propio Museo de la Memoria en Santiago.