Fue con guitarra en mano y una voz que años después llamaría la atención del sello de música global Putumayo, que la incluyó en una de sus series temáticas y la convirtió en una de las cantantes chilenas con más de una nacionalidad repartidas por el mundo: Rachel (nacida en Australia) en el pop, Mistysa (en Canadá) en el R&B, y Juana Rodríguez (en Italia) en el swing.

Grupos pop brasileños como Legiao Urbana y Paralamas do Succeso la estimularon por primera vez aunque fue en definitiva la bossa nova, con su elegancia rítmica, su flexibilidad armónica y su simplicidad poética, la que marcó a Luca Mundaca en la ruta de una nueva música brasileña. A los 28 años comenzó a escribir sus primeras canciones y a tocar en circuito de bares universitarios. En 1999 viajó a Nueva York para hacer una vida musical independiente en la megápolis. Hizo audiciones para algunos sellos e incluso llegó a grabar un primer álbum que no se editó por la interrupción de los planes de su sello a raíz de los ataques de septiembre de 2001 a Nueva York.

Su debut oficial, en cambio, quedó determinado por la serie de canciones autorales de Day by day (2004), una mezcla de múltiples vertientes de la MPB, la bossa nova y el jazz. De esta placa pronto el sello Putumayo pondría sus ojos y debido a su influencia de la música electrónica escogería la canción “Ha dias” para incorporarla en el compilado Brazilian lounge (2005) junto a otras nuevas figuras de la canción brasileña posmoderna: Paula Morelembaum, Bebel Gilberto y Adriana Calcanhotto (antes, la primera chilena ser editada pro Putumayo fue la cantautora radicada en París, Mariana Montalvo).