A los cinco años Pedraza ya cantaba de manera sobresaliente, pero a fines de los años ’90 en el micromundo de su Curacaví natal aparecería en el coro de la Iglesia Evangélica Pentecostal de una manera más formal. Además demostraba un claro interés por la figura del baladista latino. Se inspiró en cantantes mexicanos como Cristián Castro y Alejandro Fernández, en el venezolano Ricardo Montaner y en el chileno Luis Jara, y al comenzar la nueva década estaba decidido a grabar su propio disco de manera autogestionada. En 2004 llegó a la tercera versión de la competencia televisiva, dio el golpe con su singular apodo y llegó hasta la final del certamen, donde fue superado por Juan David Rodríguez.

Con composiciones de Facundo y Yaco Monty y de los autores chilenos Andrés de León y Juan Antonio Labra, Vamos pa’ elante fue grabado en Los Angeles, California. Se acomodó como un disco de carácter bailable, con ritmos tropicales aunque sin dejar el lado el fondo de la balada romántica. Y además incluyó canciones con mensajes religiosos que Pedraza había conocido en sus primeros años en Curacaví.

Pero poco después, el cantante salió de circulación, acusando de paso contratiempos en su vida personal que lo mantuvieron alejado de la industria de la música popular y las cámaras. Un segundo momento en su historia como baladista llegó primero en 2011, con la grabación de su segundo disco, un trabajo producido por Danny Ventura y titulado Me llamaste, que mostró enfoque hacia la música religiosa de su credo evangélico. Pero sobre todo, Luis Pedraza regresó al circuito del público masivo en 2015, cuando actuó en el concurso televisivo de cantantes "The voice", que emitió Canal 13 ese año, y que consagró al curacavino como ganador del certamen, redituándole así una nueva popularidad.