Marisol García
Baladista precoz
La historia profesional de Andrés de León —cuyo verdadero nombre es Cristián Garcés, y quien adoptó la sugerencia del sello BMG cuando se le hizo ver la posibilidad de confusión con el mexicano Christian Castro— se extiende desde unos muy precoces inicios en la música. Se le escuchó primero como voz revelación de “El clan infantil" (1983), del programa "Sábados gigantes", y luego como participante destacado del concurso de talentos “Estrellas del futuro” (1986). Clases de guitarra y la admiración hacia Elvis Presley y Luis Miguel sostuvieron los argumentos para un primer disco a los 17 años de edad, recompensado pronto por la alta rotación radial para el tema "Mi loco amor de verano".
El éxito del joven baladista animó a su sello, BMG, a financiar la grabación en Londres de su siguiente álbum. Todo este tiempo (1995), el disco de "Anclada a mi corazón", fue el registro de un cantante que ya se miraba en el soft-rock de gente como Bon Jovi y Europe, con arreglos más eléctricos y cambio de imagen ad-hoc, aunque inamovible repertorio romántico.
Pero su mayor desafío profesional no llegaría sino hasta 1996, año en el que el músico decidió radicarse en Miami, Florida, y aceptar una serie de trabajos en la industria musical de esa ciudad. El quiebre con su anterior sello disquero había dejado en pausa su carrera de cantante, y algunos cursos de computación lo hicieron incluso plantearse el abandono definitivo de la música. El viaje a Estados Unidos, sin embargo, reactivó los contactos y encargos.
Como vocalista de sesión de Toni Braxton conoció al afamado productor David Foster, quien le ofreció un contrato disquero con su sello 143 Records y ventajosas condiciones de grabación. «Productor de Whitney Houston avala al nuevo Andrés de León» tituló El Mercurio en junio del año 2000 para presentar la nueva etapa del trabajo del chileno, que incluía la producción de Humberto Gatica y un single compuesto por Armando Manzanero. La noticia era justificadamente auspiciosa, pero quedó convertida al poco tiempo en una enorme frustración por un cambio de ejecutivos que dejó a la deriva la salida y promoción del álbum (que sigue inédito).
Entre viajes y el teloneo de la presentación de Whitney Houston en Chile, De León consiguió en Chile la producción que esperaba para un álbum de su autoría. Hasta el más allá (2003) tuvo sonora promoción en países como Venezuela y Perú, y destacó por singles como “Quiero”. Pero incluso con esa acogida radial, De León no alcanzó a convertirse en un baladista a la altura de sus expectativas. Según le contaba en el año 2006 al diario La Nación: «No sé por qué: he tenido todo, pero efectivamente me falta explotar».
La producción y la composición para artistas de la factoría "Rojo, fama contra fama" (TVN) fue parte de su actividad en los años siguientes, y por eso su nombre figura en los créditos de discos de Mario Guerrero (Mario Guerrero, 2003), Daniela Castillo (Daniela Castillo, 2003), María Jimena Pereyra (Dedicado, 2003), Pía Ovalle (Sueños, 2005) y Luis Pedraza (Vamos pa' elante, 2005).
Pero nuevamente los sets de televisión lo empujaron a retomar su carrera solista. A fines del 2006 se estableció por un tiempo en Chile y fue convocado como una de las tres voces principales para el programa "El baile", de TVN, con la orquesta de Nicolás Borbar y la presencia en el set del pianista Valentín Trujillo. Si bien al principio se resistió a asumir como intérprete de temas ajenos, cuyo fin era secundario ante el protagonismo de los "famosos" compitiendo en la pista de baile, la acogida de la gente le demostró que esa era efectivamente una buena ventana. «Desde entonces», reconoció varias veces después, «la señora Juanita de Coyahique quiere ver a Andrés de León».
Quiero tener fue, su disco de 2010, fue su primera publicación independiente. La sucedió, en 2014, Como empezar de nuevo, en el que Luis Fonsi y Albert Hammond aparecen en los créditos de colaboraciones puntuales de composición y voces, respetivamente.
Actualizado el 15 de febrero de 2021