José Oplustil
Después de estudiar en el Conservatorio Nacional con Herminia Raccagni, Juan Orrego Salas, Gustavo Becerra y Domingo Santa Cruz, este músico viñamarino se instaló durante dos años en Nueva York, gracias a una beca Guggenheim, perfeccionando su formación con Luigi Dallapiccola.
De vuelta en Chile, inició una trascendente labor académica y creativa. A partir de 1952 estuvo ligado al conservatorio, primero como profesor de piano y teoría, después como director de la entidad (1961-1968). Pero también enseñó en el Instituto de Música de la Universidad Católica y en la Escuela Moderna de Música.
Además del Premio Nacional, el autor recibió cuatro galardones en festivales de música chilena, con "Variaciones" Op.1 (1950), "Preludios" Op.3 (1952), "Cuarteto" Op.5 (1954) y "Cantos al amor y la muerte" Op.8 (1956), además del premio Olga Cohen, con "Poemas de amor y soledad" (1960), y el premio Charles Ives, con "Cantata tiempo" Op.43 (1995).
Expresión e intimidad
Botto reveló una preferencia por la música de cámara y solista, sobre todo para piano y la voz. Su estilo fue ecléctico y muy personal, tomando elementos del impresionismo, el expresionismo y, hacia el final de su vida, del romanticismo. Evitó los extremos de la vanguardia y desarrolló una técnica compositiva muy sólida.
El aspecto académico y didáctico tampoco dejó de estar presente en su actividad creativa, mientras que el común denominador de toda su obra fue la búsqueda de una expresión genuina abarcando una gama amplia de matices y contrastes de carácter y humor.
El catálogo de Botto reúne unas sesenta obras y la mayoría fue estrenada en Chile por intérpretes como Elvira Savi, Hernán Würth, Flora Guerra, Adolfo Flores, Manuel Díaz, Luis Orlandini, Alfredo Perl, María Iris Radrigán, Cecilia Plaza, Luis Rossi y el Ensamble Bartok.
Actualizado el 24 de abril de 2017