Iñigo Díaz

El salto musical de Talca a Santiago en 2001 fue significativo, pues Gómez se abrió por completo al jazz en todas sus formas. Como alumno de Jorge Díaz se aventuró en el lenguaje para llegar a guitarristas de la era del bop como Charlie Christian y Wes Montgomery, junto con Charlie Parker, sus sujetos de estudio. Desde la academia Projazz, Gómez apareció como parte de una nutrida camada de jazzistas como la del guitarrista Armando Ulloa, el saxofonista Nicolás Russell, la cantante Alexandra Inzunza o el contrabajista Pablo Menares. Fue sideman del baterista Arturo Salinas, el altoísta Cristián Gallardo, el contrabajista Nelson Vera o el clarinetista Mauricio Lobos. Con estos dos últimos lideró un trío sin batería en la línea de la música de Django Reinhardt y luego estableció su propio quinteto con el que debutó discográficamente como líder e inquieto compositor, a través del disco Cristóbal Gómez Quinteto (2006).

Durante 2007, y tras colaborar con el grupo Santiago Hot Club en el campo del jazz manouche tras la salida de su principal guitarrista, el héroe Panchito Cabrera, Gómez viajó a París para estudiar más swing francés. Al regresar consolidó esa propuesta paralela con el grupo Gypsy Trío (que presentó a los guitarristas Gabriel Montt e Ignacio Díaz). Así editó los discos de análisis y reinterpretación de esta música Homenaje a Django Reinhardt (2008), Swing gitane (2011), Sur (2013) y Don Parra (2014).

Una segunda salida de estudios, ahora a Nueva York para trabajar con  Joshua Schneider, Jonathan Kreisberg y Jack Wilkins, le permitió a Gómez reactivar en Santiago su proyecto inicial de jazz contemporáneo, en formato de sexteto, con saxofones alto (Cristián Gallardo), tenor (Andrés Pérez) y barítono (Pablo Jara), que llegó al disco en Uno en tres (2016).