ANTOLOGÍA 2019

La selección de discos chilenos importantes del año que cada enero comparte nuestro equipo editorial confirma tendencias largadas en años previos, como la primacía de pulsos y secuencias en la articulación de inquietudes actuales y en el rumbo de la canción pop de vocación cosmopolita. La fusión de instrumentos y ritmos y el respeto hacia la raíz son marcas distintivas de la música chilena. Y si el reforzamiento de la rica tradición local en canción social era evidente ya durante el primer semestre de 2019, desde el 18 de octubre el cancionero de opinión y denuncia se volvió además asombrosamente prolífico y diverso. La música más interesante del año sonó a urbe, a desprejuicio y a urgencia.

 

 
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MÚSICOS DEL AÑO

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Juan Orrego Salas

En la historia del hombre que vivió cien años, 1961 fue su momento de inflexión. Para Juan Orrego Salas, compositor, musicólogo y Premio Nacional de Artes en 1992, su vida ese año torció el rumbo en varios sentidos tras el viaje que lo llevó a Estados Unidos y que sería su hogar definitivo. Allí no solo se expandió como compositor sino que fundó el Latin American Music Center, perteneciente a la Universidad de Indiana, el mayor archivo musical de la región. Juan Orrego Salas vivió y murió en la ciudad de Bloomington, lejos del país pero al mismo tiempo muy cerca de él. Su deceso tuvo lugar en noviembre, producto de nada: simplemente el reloj de la naturaleza dejó de funcionar.
Se le ha considerado el músico que estuvo en ambos lados de la creación, con una obra de enfoque neoclasicista justo hasta el año 1961, período en el que destacan sus “Canciones castellanas”, el “Cuarteto N°1” o sus tres primeras sinfonías. Luego cambiaría su pensamiento, permeado por los lenguajes de las vanguardias, y crearía, por ejemplo, una “Sinfonía N°4” en la que asomaban ciertos principios de la dodecafonía. Junto a ella, una serie de partituras sinfónico-corales que se vincularon con Chile desde tan lejos: la cantata “América, no en vano invocamos tu nombre”, con textos de Neruda, y la “Missa in tempore discordae”, con versos Huidobro. Como homenaje al centenario en vida de Juan Orrego Salas, la Universidad de Indiana dedicó en 2019 once días de conciertos con sus obras.

 

 

Mon Laferte

2019 pudo ser un año para que Mon Laferte recogiera los frutos que sembró al publicar el disco Norma, al cierre de 2018. Con esas canciones emprendió una gira que afirmó su estatus internacional, con actuaciones en México, Chile, Estados Unidos (incluyendo dos en el festival Coachella), Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia, España, Inglaterra, Bélgica, Francia, Suecia, Alemania y Holanda. Además, lanzó tres sencillos en busca de nuevas sonoridades: “Chilango blues”, “Canción de mierda” y “Paisaje japonés”. ¿Habría bastado eso para situarla en esta selección de músicos por cuarto año consecutivo? Quizás. Pero llegó la explosión social y su camino se torció.
Mon Laferte grabó entonces versiones de Violeta Parra y Víctor Jara, viajó desde México para sumarse al colectivo que llevó “El largo tour” a poblaciones y tomas de Santiago, Viña del Mar y Valparaíso, y “opacó” su propio triunfo en el Grammy Latino cuando se descubrió el pecho y dejó ver una leyenda: «En Chile torturan, violan y matan». Acto seguido lanzó “Plata ta tá”, un cumbión con trepidante pulso de reggaetón junto al puertorriqueño Guaynaa, y hasta se enfrascó en una controversia con la institución completa de Carabineros, que la amenazó con acciones judiciales tal como en 1993 lo hizo con Lalo Meneses, de Panteras Negras. Para Mon Laferte fue un año de antología.

 

Pablo Chill-E

Pablo Chill-E fue el segundo artista chileno más escuchado en Spotify del 2019, después del fenómeno de Paloma Mami. Fue un año plagado de trap en esa plataforma, sin duda, pero aparte del estilo musical, campeona y vice campeón allí son músicos muy distintos. Ella tiene en total cinco canciones, y él suma decenas de publicaciones, entre mixtapes, singles, colaboraciones y videoclips. Hasta octubre, ella era el fenómeno musical del año según matinales y noticieros. De él, en cambio, se habló poco y ha dado contadas entrevistas. Ella creció en Nueva York. Él, en Pedro Aguirre Cerda y luego en Puente Alto. Pero hasta ahí llegan las comparaciones, porque el fenómeno de Pablo Chill-E no fue solo musical.
El trapero de 19 años se emparenta con los orígenes del trap en Atlanta y habla de lo que ha vivido y visto: la calle, las drogas, la muerte, la falta de oportunidades, la delincuencia, los lujos. También de amor, de sueños y de amistad. Ha colaborado (lo que en jerga musical se denomina feat) con músicos dentro y fuera de Chile. El 2019 estuvo en Nueva York, y para el estallido social se viralizó por redes una foto suya repartiendo limones entre manifestantes. Una comunidad de músicos de su barrio –la Shishi Gang– lo acompaña cuando toca en multicanchas o en discoteques. Acumula millones de reproducciones de sus canciones y sigue viviendo en la periferia de Puente Alto. La de Pablo Chill-E es una historia que sigue transcurriendo, y una de las mayores de 2019. De las casi dos millones de visitas que tuvo MusicaPopular.cl en el año, Pablo Chill-E obtuvo el 5 por ciento de ellas, es decir 90 mil. La biografía más visitada de esta plataforma. Y por lejos.


 
 

DISCOS ELEGIDOS

 

Los editores de MusicaPopular.cl escogen 20 discos chilenos publicados en 2019.

 

 

Chico Trujillo – Mambo mundial () Chico TrujilloMambo mundial (Perros con Tiña)
Nunca es la intención de un disco de cumbia sorprender con giros de estilo o recursos de subversión, pero en las colaboraciones del quinto álbum de Chico Trujillo hay suficientes claves de frescura como para agradecer la sorpresa y nuevas ideas. Invitados provenientes del bolero (JM y Juanín), el hip-hop (Rebel Díaz), la tradición mexicana (Son Rompepera), el rock argentino (Las Manos de Filippi) y el folclor colombiano (Los Gaiteros de San Jacinto) contribuyen a un cancionero —en su mayoría, original— de invitación latinoamericana y baile consciente, y que en canciones como “Cosas que no te han dicho” además se encumbra en un melancólico mensaje solidario: Macha habla allí desde el lado del que ha vivido lo que luego puede advertir, dispuesto a transmistirlo con conmovedora convicción. (Biografía)

 
 

Andrea Paz – Cruz dimensional ((Discos Pato Carlos)) Andrea PazCruz dimensional (Discos Pato Carlos)
Un concepto del coreógrafo y teórico Rudolf Laban bautiza el primer disco de Andrea Paz, DJ y productora activa hace más de una década en un circuito subterráneo de música electrónica, donde también ha destacado como gestora de fiestas y festivales y una de las fundadoras del sello Discos Pato Carlos. El álbum contiene seis pistas y 46 minutos que transitan entre el techno, el ruido y los pasajes más ambientales para dar cauce a una excursión estimulante. Desde las inaugurales “Bali” y “Puerta”, de pulsos hipnóticos, ritmos cruzados y melodías sugerentes; hasta una pieza final titulada “Petroglifos”, una cadencia que a los diez minutos se ha difuminado en timbres, zumbidos y mínimas vibraciones. (Biografía)

 
 

Cabezas Rojas – Cabezas Rojas () Cabezas RojasCabezas Rojas (Perros con Tiña)
Involucrado este año de algún u otro modo en cuatro discos —a través de su sello, Perros con Tiña, o en sus propias bandas—, Macha Asenjo mostró con el proyecto Cabezas Rojas su disposición a la creatividad total. En este caso toma vagas referencias en el folclor andino y cierta tradición latinoamericana para despegar desde ahí hacia un disco tan libre como sacudidor. Su encuentro privativo con el percusionista y charanguista Claudio Pájaro Araya (Huara) es cancha abierta para una música a veces delirante, a veces melancólica, y en la que ambos músicos parecen liberarse a lo que su encuentro vaya dictando. Sus respectivos talentos no buscan esta vez ostentarnos su bagaje musical sino precisamente la libertad que este les da. Los Jaivas y el primer álbum de Florcita Motuda podrían ser dos referencias lejanas para un disco finalmente inclasificable, dispuesto a mostrarle a la raíz nortina sendas de futuro. (Biografía)

 
 

Chino Santana – Senderito ((Koolarrow Records)) Chino SantanaSenderito
La huella de ese misterioso cantor ñublense conocido como el Cabeza de Toro es profunda en la historia de Emilio Chino Santana, un compositor y cantor al que no le bastan más que cinco canciones, grabadas con antiguos equipos, en primeras y segundas tomas, para dejar un sello. Su nombre se asocia al sobresaliente disco El Kabeza de Toro soy yo, de hace dos años, para el que escribió su repertorio. Ahora como solista descubre el sendero para una nueva obra sustentada en ese folclor de Ñuble, con tonadas y corridos recogidos también en la zona cordillerana de Los Puquios, y un tratamiento libre desde la psicodelia, que lo vuelve a ubicar en un punto equidistante entre un rock retro y cosmopolita y el canto campesino de todos los tiempos. (Biografía)

 
 

Cómo Asesinar a Felipes – Naturaleza muerta () Cómo Asesinar a FelipesNaturaleza muerta (Koolarrow Records)
Luego de un disco ambicioso como Elipse (2017), Cómo Asesinar a Felipes vuelve al formato canción junto a una nómina de colaboradores que incluye al vocalista de Deftones, Chino Moreno; al guitarrista de jazz Raimundo Santander; al poeta mapuche Mapurbe; y a una inédita invitada femenina como Camila Moreno. Ya afirmado como un quinteto con saxo y flauta traversa en manos de Cristián Gallardo, el grupo da forma a cuatro composiciones y las rodea con samples e interludios que comparten un imaginario distópico en torno a la emergencia climática que vive el planeta. Así, levanta un álbum atractivo y a la altura de una discografía iniciada hace más de una década, sin bache alguno. (Biografía)

 
 

Diego Lorenzini – De algo hay que morir ((Uva Robot)) Diego LorenziniDe algo hay que morir (Uva Robot)
Con el paso del tiempo, Diego Lorenzini se ha afianzado como un cantautor hábil en la construcción de canciones entrañables, dotadas de ingenio y humor, ricas en referencias pop y estampas cotidianas. Ese oficio permanece y se proyecta en De algo hay que morir, pero bajo esa cara de un cancionero amable se esconde un ejercicio que su propio autor ha definido como “jugar musicalmente con el odio”. También se ocultan virtudes levantadas junto al productor Martín Pérez Roa y una nómina de invitados que incluye a Niña Tormenta, Rosario Alfonso, Chini Ayarza y Simón Campusano, además del noruego Erlend Øye. Son armonías vocales, efectos mínimos, juegos rítmicos que engrandecen canciones frescas y singulares. (Biografía)

 
 

Entrópica – Entrópica () EntrópicaFormas (Música & Entretenimiento)
Diversa en sus atributos de cantante, tecladista, compositora, autora, productora, ingeniera de sonido y diseñadora de una estética audiovisual, el largo recorrido de Francisca Bascuñán desemboca en este sobresaliente álbum pop. En su caso, de un electropop declarado donde las tecnologías son contenedoras de una delicada escritura de textos. El todo es más que la suma de las partes, y Formas es evidencia de que la cadena de esos mismos atributos elevan la obra de Entrópica —su pseudónimo musical—, a través de canciones para la pista de baile (“Formas”, “Bailo”, “Housie”, “Pensamos”, con Fakuta) y otras para ese acto en peligro de extinción que es la sola escucha (“Niño”, “Atrás”, “Desde aquí”). (Biografía)

 
 

Fiskales AdHok – El flagelo ((Pulpa Discos)) Fiskales AdHokEl flagelo (Pulpa Discos)
El año más político en décadas para la canción chilena no podía dejar fuera a un conjunto que presagió el estallido social con numerosas canciones que ya desde los ‘90 hacían público su escepticismo hacia el acomodo de la transición. Por eso Fiskales Ad-Hok suenan hoy, en su primer disco en diez años, con la fuerza de quien acredita autoridad en materia social, doliente y rabiosa, filosa y a prueba de críticas. Lo que en la banda más significativa de punk chileno era antes una advertencia, hoy suena a una ineludible confirmación: «El canto se llamaba traición», repite un verso del estupendo single “El canto”. Se habla del Chile reciente, cómo dudarlo. (Biografía)

 
 

Jonas Sanche – 27 () Jonas Sanche27 (Knowledge Ent)
Si el primer disco de Jonas Sanche (Verdades, la voz de la avenida, 2012) tenía un sello de tristeza, en el segundo (27, 2019) el rapero dio un vuelco. Son 17 canciones, una selección de invitados ilustres y una colorida diversidad. Jonas Sanche no evita la melancolía en “Desconocidos” o la intimidad en “Piso 13” (donde revela en su poesía que «27 son los años más duros que yo viví»). Pero también celebra a su comunidad en “Mgrsq” (abreviatura de “Mi gente real se quedó”), critica a otros raperos y a quienes pretenden que nada cambie. («Si tú quieres, sé un rehén / O despierta y se lo haces saber»), publicada varios meses antes del estallido social. (Biografía)

 
 

Las Mairinas – Los retoños ((Fisura)) Las MairinasLos retoños (Fisura)
Una palabra promisoria se vuelve oscura en el segundo disco de Las Mairinas, el proyecto que desde 2015 lidera Walter Roblero (Congelador): nada de esperanza hay en esos retoños mutilados y descoloridos de la carátula, para una música que transita entre la electrónica ambiental, el krautrock y los métodos del dub. Son piezas mayormente instrumentales y extensas, matizadas por armonías vocales y versos opinantes («Este es el final de todo concepto / esta es la muerte del argumento»). Entre todas ellas destaca “Repressione è civiltà”, que avanza sobre un sample que contiene el histrionismo de una vieja película italiana, pero que podría encontrar voz en una autoridad del Chile actual: «¡Tenemos el deber de reprimir! ¡La represión es nuestra vacuna! ¡La represión es civilización!». (Biografía)

 
 

Manuel García y Pedro Aznar – Abrazo de hermanos ((Macondo)) Manuel García y Pedro AznarAbrazo de hermanos (Macondo)
En 2002 Pedro Aznar estuvo a punto de producir el tercer disco de Mecánica Popular, la banda de Manuel García, pero las cosas no se dieron porque el chileno aún se debatía entre el rock y la trova. Quince años después la dicotomía ya está resuelta, en parte gracias al propio Aznar («yo hago las dos cosas», le dijo el argentino una vez), y sobre ese entendido se forjó entonces este Abrazo de hermanos. Es un disco de encuentros, con guiños a ese rock y también a la trova, pero con una evidente inspiración en los sonidos latinoamericanos. Dos casos para poner atención: el tango “Gazebo” y el bolero “Si no hablamos”. Además, cuatro versiones de Violeta Parra ("Maldigo del alto cielo") y Los Bunkers ("Canción para mañana") por el lado chileno, y de León Gieco ("Cinco siglos igual") y Gustavo Cerati ("Cactus") por el argentino, que completan armónicamente este abrazo. El disco tuvo una masiva gira a ambos lados de la cordillera. (Biografía)

 

Margot Loyola – Margot Loyola en La Sorbonne ((Fondo de la Música)) Margot LoyolaMargot Loyola en La Sorbonne (Fondo de la Música)
Durante décadas había permanecido en el olvido de algún archivo sin catalogar, pero hoy es un absoluto patrimonio sonoro de la música chilena. Si bien no resulta una registro de calidad, como documento musical simboliza el canto de los maestros de la tierra, siempre en contexto y autenticidad. Es la joven Margot Loyola en el inicio de su periplo de dos años por Europa, experiencia que entonces le daría un nuevo estatus como investigadora y divulgadora. El disco captura el concierto que ella dio en la universidad de París en 1956 ante el Centro de Altos Estudios Latinoamericanos, y en el que mostró repertorios de tonada, cueca, canciones mapuches y rapanuís, con guitarra traspuesta, kultrún y ukelele. (Biografía)

 
 

Medio Hermano – XO ((Beast Discos)) Medio HermanoXO (Beast Discos)
La actual formación de Medio Hermano ya existía cuando la banda pubicó su primer disco, Lucha libre (2016), pero en este trabajo la retrata con propiedad, de la mano -otra vez- del productor Martín Pérez Roa. Con la guitarra en segundo plano, son los procedimientos de la electrónica los que conducen las canciones, sostenidas por teclados, programaciones o bajos profundos. Desde la intimidad y sin proclamas, además, aparece como un álbum en sintonía con el estado de ánimo que estalló el 18 de octubre de 2019. La ciudad, la frustración laboral, la ilusión y el fracaso del amor aparecen entre melodías y versos recitados como los de “24/7”: « Normal que todo se derrumbe / mientras yo te escucho / mientras tú a mí me escuchas». (Biografía)

 
 

Melissa Aldana – Visions ((Motema)) Melissa AldanaVisions (Motema)
La saxofonista completó cinco álbumes en esta década, un período de máxima actividad, visibilidad y creatividad en Nueva York, que la llevaron a convertirse en la figura más internacional del jazz chileno. En ese ascenso, Visions pasó a ser su obra cúlmine, cuando Aldana —hija y nieta de saxofonistas—, llegó a ser nominada al Grammy por su solo para “Elsewhere”. Es una de las composiciones con que ella exhibe sus ideas, reflexiones y sobre todo sus visiones acerca de la música moderna. Al mando de un cuarteto, donde también figura el contrabajista chileno Pablo Menares, la obra completa se inspira en Frida Kahlo, aunque no desde lo femenino sino de lo genuino, y la carátula del disco recontextualiza su autorretrato de 1939 “Las dos Fridas”. (Biografía)

 
 

Paz Quintana – Animales () Paz QuintanaAnimales
Los reinos de la naturaleza aparecen de mil maneras en las canciones que Paz Quintana envió desde México, el país donde ha encontrado un espacio para evolucionar. La escurridiza compositora que fue en los tiempos de Tizana desembocan aquí en una especie de alquimista musical. En una búsqueda de sonidos que contempla lo orgánico y lo inorgánico, la misma Paz Quintana que antes se había escondido tras la máscara de un conejo blanco, reflexiona ahora acerca de más animales, árboles, hongos, estrellas, semillas, cauces, aguaceros. Y habla, como anticipándose al estallido social y en medio de la crisis medioambiental, de la materialidad del cuerpo y de las energías que rodean al ser humano en tiempos de crisis. (Biografía)

 
 

Pintocabezas – Vió ((La Viseca Records)) PintocabezasVió (La Viseca Records)
Encontrar al rock con la tradición folclórica urbana fue durante años la orientación creativa con la que Pintocabezas quiso hacer avanzar su atípico gusto simultáneo por la cueca, la electricidad y la experimentación. Vió lleva todo aquello por una senda más profunda y sensible, en parte determinadas por la historia personal del músico tras su grave accidente, y en parte por la autoconfianza en desafiar al auditor con la fuerza de un sonido categórico, que en siete de las once canciones ni siquiera necesita letra para sacudir. Con guitarras acústicas y eléctrica, guitarrón cuyano, charango y percusiones, el disco consigue instalar un pulso vivo de alerta envolvente (“Corría”), de tentador arrabal (“Callejón”), de peligro acechante (“Crujen las ramas”). Hay ideas tomadas de la cueca y el vals peruano, pero el inteligente galope de “Abran candados” o la marcha incisiva de “Apariencias” se miran más bien en el rock sureño estadounidense: «Quiero decirte que llevo / ni pistola ni metralla: / son guitarras lo que estalla». (Biografía)

 
 

Simón Campusano – Brillo ((Quemasucabeza)) Simón CampusanoBrillo (Quemasucabeza)
Simón Campusano cumplió siete años con el grupo pop Niños del Cerro. Dos discos, buenas críticas, muchas horas de escenario y un respetable camino en el rock del nuevo milenio, pero que hace un par de años tuvo una pausa. El cantante estuvo varios meses en París, en casa de un familiar, y la soledad y el tiempo le sirvieron para cuajar nuevas canciones que le daban vueltas en su cabeza. En 2018, aprovechando una nueva pausa de su banda, lanzó “Serotonina” junto a Diego Lorenizini, con evocaciones andinas desde el sintetizador y ukeleles, y ese fue el punto de partida de Brillo. Disco reflexivo, que tiene guitarras, sonidos electrónicos y una serenidad necesaria para reflexionar lo que ocurrió el turbulento 2019. «Salí a caminar pa que algo nuevo me pasara», dice en la canción que da nombre al disco. Todo el cancionero de Simón Campusano aquí se trata de eso. (Biografía)

 
 

Tata Barahona – Retratos () Tata BarahonaRetratos
Aunque escribe canciones desde su adolescencia en dictadura militar, Tata Barahona debutó “profesionalmente” al cumplir los 40 años, con el disco Fotografías (2011). Más tarde publicó Imágenes (2015) y finalmente cerró su propio tríptico como trovador con este Retratos (2019), el más íntimo de los tres. El álbum presenta canciones con el nombre propio de personas cercanas (“Rafaela de la Luz”, “Ana y Simón”), cantos de cuna para una hija que no nació (“Rocío Magdalena”, “Canción de cuna”) y un cariñoso retrato del grupo de teatro y música medieval Calenda Maia, que él integra (“Calenda Maia”). Lanzado ante 500 personas en el ex Cine California, Tata Barahona tocó también estas canciones en actos y marchas en el marco del movimiento social que ya se había apropiado de algunas de sus antiguas . De este disco, “Retrato de Chile”, crítica y dolorosa, se suma a ese cancionero para el estallido. (Biografía)

 
 

Tus Amigos Nuevos – Persistir ((Uva Robot)) Tus Amigos NuevosPersistir (Uva Robot)
El que quizás termine siendo el último disco de Tus Amigos Nuevos es una descarga enérgica de rock eléctrico, con más apoyo esta vez en los instrumentos que en la voz. Como tal consigue pasajes de alta tensión y suspenso, que lo salvan de aquella predictibilidad del rock “indie” con el que se insistió en calificar la trayectoria del cuarteto. Quiebres en las estrofas, estribillos intensos y atmósferas eficaces son la marca de un disco que es todo impulso, y que viene a sintetizar la historia de una banda que incluso en la despedida no se permite la fórmula ni el desgaste. (Biografía)

 
 

Yorka  y otros – Fuego Canciones de Emergencia () Yorka y otrosFuego. Canciones de emergencia
La cantautora Yorka Pastenes inició en agosto un Taller de Música y Letra en Balmaceda Arte Joven, con veinte alumnos de entre 19 y 25 años. En su clase de regreso tras la suspensión por el estallido del 18 de octubre, el sábado 2 de noviembre, Yorka agrupó a estos jóvenes en duplas y les cedió una hora para escribir una canción sobre lo que estaba ocurriendo en Chile. Dos días después se grabaron en el estudio de Balmaceda y el viernes 8 fueron publicadas en Youtube. Yorka añadió una más, como corolario: “La canción es protesta”. Con comprensibles ripios de sonido, el disco está lleno de las cándidas, rabiosas e impetuosas pulsiones de esos primeros días del Chile convulsionado, pero a la vez llena de melodías suaves y contenidas, con protagonismo de la guitarra. Paradójico y encendido, Fuego es un poderoso testimonio de 2019. (Biografía)

 
 
 
 
 

CANCIONES DEL ESTALLIDO

 

Cuatro creaciones que nacieron después del 18 de octubre.

 

 

Cacerolazo – Ana Tijoux Cacerolazo – Ana Tijoux
Antes de que acabara el primer fin de semana de la revuelta en octubre pasado, Ana Tijoux difundió desde Francia un adelanto de esta pieza que inauguró el amplio cancionero de protesta de 2019. Desde ya quedaron claras sus premisas: producción cruda, versos directos y una dosis de humor, todo construido con el timbre y ritmo más popular entonces como eran las cacerolas, los sartenes y las cucharas de palo, las armas de la ciudadanía. Urgente y precisa. (Escuchar)

 
 

El derecho de vivir en paz – Víctor Jara El derecho de vivir en paz – Víctor Jara
Víctor Jara escribió esta canción en 1969, cuando dirigía la obra de teatro Viet Rock, y dos años después titularía El derecho de vivir en paz su cuarto disco solista. Dedicada al líder comunista vietnamita Ho Chi Minh, tiene una base serenamente rockera grabada por los Blops, y llama a enfrentar esa guerra con «fuego de puro amor». Espontáneamente se escuchó 50 años después durante el toque de queda impuesto por el gobierno de Piñera, se rayó en muros de la ciudad, se cantó en marchas, y músicos han hecho varias nuevas versiones. 2019 será recordado como el año en que la gente exigió, otra vez, su derecho a vivir en paz. (Escuchar)

 
 

Un violador en tu camino – LasTesis Un violador en tu camino – LasTesis
Cumple con la estructura, la síntesis y la vocación colectiva de las mejores canciones populares, aunque no nació como tal. El cántico del colectivo LasTesis iba a ser incluida en un montaje teatral inspirado en textos feministas, pero se adaptó primero como performance callejera, luego como video viral, y finalmente como himno internacional, con traducciones que van del griego al quechua cusqueño. Un estribillo de poderosa empatía e invitación a la catarsis puede explicar tan rápido y categórico contagio: «Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía». (Escuchar)

 
 

Regalé mis ojos – Nano Stern Regalé mis ojos – Nano Stern
El día 22 del estallido social, durante las manifestaciones de un viernes en el epicentro de Plaza Italia, el estudiante Gustavo Gatica recibió el disparo de dos balines de escopetas de carabineros. La grave lesión que sufrió finalmente le quitaría la vista. Nano Stern escribió esta conmovedora canción titulada con una frase que el propio Gatica le habría dicho a su madre: «Regalé mis ojos para que la gente despierte». (Escuchar)

 
 
 

 

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