ANTOLOGÍA 2018

MusicaPopular.cl presenta un compendio con los personajes y discos que establecieron hitos en la música chilena durante 2018. Desde el centenario de Margot Loyola al auge de la música urbana, escogemos cuatro protagonistas que definieron la temporada y seleccionamos 20 discos destacados que deja el año.

Pez, el debut en formato larga duración de Rubio, encabeza un listado donde hay grabaciones que transitan por el pop, la raíz folclórica, el hip-hop, el rock, la electrónica, la experimentación, el trap y el jazz, entre otros géneros.

Esta retrospectiva pretende ser también un llamado. No solo a explorar la cuantiosa producción discográfica que dejó 2018, sino también a hacerlo con el desprejuicio y la libertad que varios de los músicos acá citados demuestran en sus composiciones. Acá hay experimentados, figuras de peso histórico y mediático, pero también hay nombres poco advertidos por los canales masivos, debutantes o incipientes proyectos que se han activado desde la autogestión y la independencia. Es una antología, pero al mismo tiempo es una invitación a conocer y escuchar.

 

 
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MÚSICOS DEL AÑO

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Mon Laferte

Un auténtico “tricampeonato” alcanza Monserrat Norma Bustamante Laferte en este recuento de temporada musical, como ya lo había hecho en 2016 y 2017 en estas mismas páginas editoriales. Es la instantánea de un éxito cada vez más apabullante de la cantante y compositora viñamarina radicada en Ciudad de México, donde ha cimentado su popularidad y desde donde ella termina de sepultar sus años de baladista en “Rojo, fama contrafama”. En 2018 mantuvo en alto ese estatus internacional a través del lanzamiento de Norma, su sexto disco, con el que se declaró públicamente cultora de la canción cebolla.
Pero Mon Laferte alcanzó, además, cumbres personales, cantando en el Madison Square Garden junto al colombiano Juanes en plena Nueva York, la ciudad que tuvo la posibilidad de conocer su nombre y ver su rostro en la enorme paleta publicitaria instalada en Times Square. La chilena cantó en la televisión estadounidense con la estrella pop Gwen Stefani y llegó a una nueva nominación al Grammy Latino de 2019 como compositora de la canción “Antes de ti”. Son los mismos galardones a la música donde en 2018 ella tuvo presencia en el escenario, compartiendo micrófonos con el uruguayo Jorge Drexler y la mexicana Natalia Lafourcade.

 

 

Lucho Gatica

La inauguración de una estatua con su figura (y la de su hermano Arturo) el día de su cumpleaños 90 en el Teatro Regional de Rancagua marcaba en agosto lo que se pensaba iba a ser el mayor homenaje del año para Lucho Gatica. Palabras del alcalde, frases en video de saludo de admiradores (de Armando Manzanero a Pirincho Cárcamo) y la visita especial de su hija Juanita para agradecer los gestos marcaron esa jornada de orgullo municipal con el corazón y los gestos orientados a México. Pero tan sólo tres meses después de ese homenaje, Rancagua debía ocuparse en el tributo de flores y discursos fúnebres.
La muerte de Lucho Gatica, el 13 de noviembre, no pudo ser menos que noticia mundial, con obituarios en varios idiomas intentando explicar a lectores jóvenes que el bolero fue una fuerza musical del siglo XX que tuvo al chileno como su más brillante embajador. Hay buenos cantantes, los hay también ambiciosos y encantadores. La biografía de Lucho Gatica es la de un talento que se permitió planificar su ascenso, sus contactos y sus viajes incluso más allá de la lógica. Y a quien ese atrevimiento le rindió con éxito como a ningún otro chileno antes.

 

Margot Loyola

Margot Loyola estudió desde el cachimbo de Pica a cantos kaweshkar de Punta Arenas. Grabó más de 20 discos, con recopilaciones, canciones de autores, temas de otras épocas. Viajó por el mundo, formó conjuntos, publicó libros, tuvo cientos de discípulos. Que haya que explicar eso una y otra vez es el mayor corolario que dejó el 2018, el año del centenario de su nacimiento: Chile aun no comprende lo que podría resumirse como “la vida y obra de Margot Loyola”. Si a eso se suma el hecho de que el 2018 hubo dos gobiernos y cuatro ministros de Cultura, el resultado fue un año de escasas y aisladas celebraciones por parte del Estado. La Academia de la folclorista que preside su viudo Osvaldo Cádiz, por eso, cortó por lo sano y declaró que las celebraciones iban a comenzar (y no a terminar) el 2018.
Pero los mayores reconocimientos a su nombre vinieron, como siempre, desde fuera de la dimensión oficial: Gepe editó el tributo Folclor imaginario, uno de los principales discos del año. La SCD presentó la tercera versión del Premio Margot Loyola a la Música de Raíz. Hubo programas de radio, edición de libros, notas de prensa, canciones de tributo, homenajes en decenas de escuelas, y se va estrenar pronto un documental… Gepe lo dijo al presentar su disco: “Los chilenos tardamos años en valorar a Violeta. También nos vamos a demorar en hacerlo con Margot, pero ese momento va a llegar”. El 2019, a la sazón el año de la celebración del centenario, Chile puede empezar a acercarse a ese momento.

 

DrefQuila

“En un año, un Grammy latino / lo sé porque soy adivino”, canta Drefquila en “Duro”, una de las 11 canciones del disco que editó a fines de este año, Aqua. Esa clase de frases son una muestra del carácter de Claudio Montaño, nacido en Coquimbo hace 21 años, forjado en el rap y hoy protagonista del intenso 2018 que el trap o la llamada música urbana vivió a nivel local. Este es el músico que convenció al sello Warner de firmar con un artista chileno después de más de una década, gracias a las decenas de millones de reproducciones que sus canciones acumulaban en plataformas digitales.
Porque Aqua, registrado en Nueva York, es su primer trabajo para una multinacional, pero el quinto título en una discografía hasta ahora construida desde la autogestión. 2019 será diferente: Drefquila estará en festivales masivos como Lollapalooza y La Cumbre y su figuración será parte de un fenómeno mayor. Tomasa del Real irá a Coachella. Paloma Mami necesitó tan solo un single para fichar con Sony. Otras figuras, veinteañeros como Gianluca, Princesa Alba, Polimá Westcoast, Pablo Chill-E o Young Cister, abren sus propios caminos. Es la música de los chilenos criados en el siglo XXI.

 
 

DISCOS ELEGIDOS

 

Los editores de MusicaPopular.cl escogen 20 discos chilenos publicados en 2018.

 

Magdalena Matthey - Lo más cerca posible(Machi)RubioPez (Jungla Music)
Sucesivos lanzamientos de cinco discos de corta duración, cada uno titulado con una letra de su seudónimo musical, despejaron la pista para la entrada final del álbum mayor de Francisca Straube, escogido en este recuento como el principal título de 2018. Con una trayectoria musical diversa que la ha ubicado como integrante más o menos protagónica en grupos más o menos salvajes como Miss Garrison y Fármacos, Straube recoge la identidad de Rubio y elabora un catálogo de composiciones altamente abstractas, sostenidas en las tecnologías y la definición de un sonido oscuro y brillante al mismo tiempo. No solo es sonido: en Pez la poesía de Rubio insta a una reflexión y a nuevas escuchas de sus canciones, que hablan de pérdidas, compromisos, mundos submarinos, espacios irreales, energías, muertes y nuevos comienzos, y que cuentan con colaboraciones de músicos tan distintos como Carlos Cabezas y Gianluca.

 
 

Camilo Salinas – Solo piano () Álex AnwandterLatinoamericana (Nacional Records)
Desde debutó como solista, hace nueve años, Álex Anwandter ha cargado sus canciones con la decisión de tomar posición. Por qué no va a poder el pop y las secuencias electrónicas bailables tener opinión, nos recuerda en discos y entrevistas. Latinoamericana es consistente con delinear un manifiesto, aunque atado esta vez a las circunstancias particulares de quien ahora mira el mundo desde su hogar adoptivo en Los Ángeles, California. Reflexionar en torno a una identidad regional, alerta al desprecio de las elites del poder, el apretón neoconservador y las propias inseguridades que esa dinámica naturalizada instala entre los morenos y desfavorecidos. Latinoamericana es por eso un disco más ambicioso, quizás más estratégico.

 
 

Cevlade – Pinceles y puñales (Nawal Rage) Arlette JequierAire (Fondo de la Música)
Es el renacimiento de una cantante como no existió antes y no ha existido después en la música chilena. La ex integrante de Fulano y de MediaBanda hace aquí más enfático su instrumento vocal, entendido como una ingeniería de sonido mucho antes que como el soporte para un texto. Apenas una canción de este debut solista, la propia “Aire”, expone un mensaje descifrado, mientras que el resto del repertorio se mueve entre capas vocales, improvisaciones, blues sentimentales y en el equilibrio de esa voz propia frente a los otros instrumentos del sexteto. Es rock, jazz, fusión y avant-garde, pero en palabras de Arlette Jequier, es más bien “música de la impermanencia”.

 
 

Claudia Mena – Quisiera ser palomita  Diario Sonoro Latinoamericano () Ases FalsosMala fama
Las controversias que ha protagonizado motivan parte de las letras que Cristóbal Briceño escribió para Mala fama, algo que puede ocultar las mejores virtudes de este disco. Por ejemplo, que Ases Falsos cuida los detalles y arreglos como nunca antes: hay delicadezas en el piano, las guitarras y las percusiones que ha sumado Sergio Sanhueza, pero también en colaboraciones como las de Hermes Villalobos en flauta traversa y Claudio Rubio en saxo. Son mejores herramientas para hacer pop eléctrico, baladas o incluso para mutar una canción en otra totalmente distinta, como ocurre con la pieza que da nombre al disco. Sólido.

 
 

Claudio Rubio – Hijo  Discos Pendiente () Benito CerenoEl delta de un río
Álvaro Díaz, uno de los creadores de 31 Minutos, se reveló como músico cuando nació la serie, el año 2002. Es autor y voz de varias de sus archiconocidas canciones, y desde el 2012, cuando comenzaron las presentaciones en vivo de 31 Minutos, es parte del elenco musical, como cantante y guitarrista. Benito Cereno, su literario seudónimo, es la estación siguiente de ese camino, con la fundamental producción de Felipe Castro, el guitarrista de PedroPiedra, con quien grabó y arregló las 12 canciones. Allí hay historias sacadas de libros o de otros proyectos televisivos, escenas de la vida cotidiana, tristes reflexiones y sobre todo, un halo de melancolía en las melodías. Apacible, imperfecto y genuino. Una buena señal musical del 2018.

 
 

Cómo Asesinar a Felipes – Elipse (Koolarrow / Potoco Discos) Camila GallardoRosa (Universal)
Con canciones entregadas a cuentagotas, Camila Gallardo mantuvo a su feligresía con el alma en vilo durante tres años, demasiado tiempo de espera. Cuando por fin lanzó este disco, su debut en la música, el medio también se puso a los pies de una nueva figura de la canción romántica. Compositora y dueña de una voz poderosa —expuesta a todo lo ancho en la canción “Ven”—, Cami se exhibe en las diversas variantes de una música hecha para las grandes audiencias: desde el pop de sintetizadores (“Antorcha”) a los nuevos ritmos urbanos (“No es real”), y desde la canción adolescente (“Toditas por ti”) a la trova (“Querida rosa”).

 
 

Congreso – La canción que te debía (Machi) Carola LópezUna mujer como usté (MasterMedia)
Este es el primer disco que Carola López (Caro López en Spotify) firma como solista, luego de ser parte Las Primas y Los Porfiados de la Cueca (entre otros grupos), de investigar la paya y el guitarrón, y de ejercer durante mucho como payadora. En Una mujer como usté ella despliega todas esas experiencias como autora. Con guitarra traspuesta (y la sola colaboración de José Pablo Catalán) incluye tonadas, cuecas y hasta un corrido, con algunos títulos antiguos, que han ganado concursos y festivales, adelantando el espesor del disco. Se trata de letras maduras, serenas, con inteligentes alusiones de género, en un año en el que el mundo se remeció con ese tema. Brillante y sublime en las músicas. Poderosa señal del folclor del siglo XXI.

 
 

Electrodomésticos – Ex la humanidad (Konstantinopla) CeaeseUtopía
Felipe Arancibia ha transitado desde el Hip-hop hasta lo que hoy se conoce como música urbana y ese recorrido de una década y media tiene su consagración con Utopía, que inicialmente iba a ser un EP y terminó albergando 15 canciones. Había que hacer espacio: acá no solo hay trap, reggaeton, dancehall y otros ritmos urdidos con el productor Utópiko, sino también una escuadra de veinteañeros que incluye a Drefquila, Gianluca, Young Cister, Polimá Westcoast y Catana, entre otros. Es decir, buena parte de los nombres que han agitado el fenómeno local del trap. Utopía es una buena puerta de entrada a ese mundo, donde su autor también es identificado con una merecida chapa: King Ceaese.

 
 

Evelyn Cornejo – La chusma inconsciente () Chini and the TechniciansArriba es abajo (Uva Robot)
Originalmente un dúo, Chini and the Technicians lanzó el 2018 su primer LP con formación de quinteto. En esencia, es el mismo fresco camino que inauguraron el 2015, con su celebrado EP, En el fondo todo va bien, con una impronta más rockera, y jugando entre dos polos, como lo anuncia el título: Arriba es abajo. Canciones bailables o reflexivas. Letras que celebran una amistad o despiden una historia de amor. En primer plano un riff de guitarra o el leve sonido del ukelele… Arriba es abajo, concepto de la filosofía hermética, aparece en listados internacionales de lo mejor del 2018. Colorido y diverso, el pop chileno de hoy tiene entre sus hitos claves a Chini and the Technicians, que para el 2019 han anunciado que comenzarán un receso.

 
 

Fernando Milagros – Milagros (Jungla Music) Dulce y AgrazTrino (Lanzallamas)
Otro encuentro entre pop y trap, tan habitual durante la temporada 2018, se registra en este disco de la cantautora penquista de 20 años cuyo verdadero nombre es Daniela González. En la canción “Nada que temer” ella comparte tristezas y consuelos con Princesa Alba, en un nítido signo de transformación de la música actual. Con canciones para piano, cuerdas, armonías vocales, teclados y electrónica, Dulce y Agraz se abre paso desde el sur entre un panorama de nombres del pop de fin de década. Allí también sorprende su escritura de textos, que por varios pasajes supera la música.

 
 

Horregias – Lo normal (Vaca-c-iones) El Bloque DepresivoMacha y el Bloque Depresivo
El Bloque Depresivo nació el 2010, como una travesura de Chico Trujillo y LaFloripondio, donde visitaban la música romántica latinoamericana de mediados de siglo, y otros repertorios desde ese formato. La historia, luego, es conocida: Registros informales de sus conciertos se difundieron por Internet, y a fines de 2016 el fenómeno explotó. Cantaron por todo Chile, junto a un público apasionado y cariñoso. El 2018 rompieron su promesa de no hacer discos, y entre Chile, Alemania y Argentina grabaron su primer LP. Un tema original (la balada “Continentales”) y 13 de sus canciones habituales, perfectamente grabadas y con invitados de lujo. Una joya de disco (aunque el tesoro del Bloque Depresivo sigue estando en los conciertos).

 
 

Javiera Barreau en Familia – Javiera Barreau en Familia (Unita) GepeFolclor imaginario (Quemasucabeza)
La canción folclórica avanza como el agua de río en la que se bañaba el griego Heráclito: nunca es la misma, enseñó Margot Loyola. La oralidad impone adaptaciones de fascinante alerta a las circunstancias y la intimidad de cada cantor, además de la sintonía con su tiempo. Cruzar esa lógica con su trabajo de autor pop puso a Gepe a resguardo de los predecibles recelos que iban a perseguirlo al trabajar por primera vez en serio con la tradición («lo de antes fue turismo», ha dicho él mismo). Junto al productor Cristián Heyne y cinco músicos de previo oficio folclórico (Miguel Molina, Gonzalo Gómez, Claudio Constanzo, Marcelo Cornejo y Claudia Mena), Gepe dice haber construido un disco «desde la experiencia». Se fueron así vistiendo de arpa, guitarras, charango, quena, contrabajo, pandero y tañador las habaneras y cuecas tradicionales que el músico conoció en LPs de Margot Loyola. El disco suma también un tema del propio Gepe, "Joane", y dos improvisaciones nuevas, una de ellas con los reconocibles códigos del trapero Gianluca en voz. Cómo hacer un disco tradicional que suena a una autoría contemporánea e instale sus códigos en la ciudad tecnologizada: que Gepe y su equipo lograron tan complejo objetivo está patente hoy en la molestia de los ortodoxos pero, también, en la hondura de una grabación excepcional, que asimila un flujo cultural más ancho incluso que el del pop, y con la frágil dirección que entre atrevimiento, entereza y homenaje algo así les exigió a sus responsables.

 
 

Juan Pablo Abalo – Música ambiental () JodelaseNo como otros
Es tentador describir a esta banda nacida junto al Biobío tan sólo como «el nuevo grupo de Pancho Molina». Y en general así se presentó en medios el primer proyecto de hip-hop que ocupa al ex Los Tres como parcial compositor y baterista. Pero los dieciséis minutos de los cinco temas de este debut completan los datos con apreciaciones más justas: el rimador José Díaz es un rapero de oficio, que no por disparar verdades («si no te matan las balas / lo hará el tiempo») descuida el swing; la guitarra y el tornamesas se aplican en la creación de atmósferas imaginativas, y sobre la sugerente base rítmica los coros de Daniela Henríquez se ajustan como una invitación. Son piezas bien encajadas, al servicio de un hip-hop maduro del que este EP deja (buen) gusto a poco.

 
 

Kabeza de Toro – El Kabeza de Toro soy yo () La Brígida OrquestaCorte elegante (Potoco Discos)
“No nos cae bien la policía musical / reglas ya hay muchas / y no queremos más”: es una de las muchas proclamas que se pueden escuchar en el primer disco de La Brígida Orquesta, una alianza de 11 músicos con pasado y presente en la Conchalí Big Band, Cómo Asesinar a Felipes, Mente Sabia Crú y Newen Afrobeat, entre otros proyectos. Liderada por Gabriel Paillao, es una verdadera orquesta la que conjuga los timbres nobles del piano, el bajo, la batería y un septeto de bronces, con un MC afilado como Matiah Chinaski. Es rap y jazz, creado por músicos capaces de una singular versatilidad. Evocadores y agresivos. Finos y callejeros.

 
 

Gepe – Ciencia exacta (Quemasucabeza) Nara de ShileEjercicios decimales. Un experimento a lo humano
De la hondura de la tradición del guitarrón chileno, la solemnidad de su historia y el desafío de su técnica está atento en todo momento Cristián Bustamante, quien debuta con este disco con un seudónimo de solista luego de años junto a bandas (como Umbría En Kalafate), y que en su cruce del rock al canto a lo poeta esboza un artefacto osado, e interesante en su incipiente lenguaje de interpelación armónica y poética. Sus versos en décimas, se instalan sobre disparos acústicos, eléctricos y electrónicos —a veces descolocantes, sí—, que honran la advertencia del título y dejan su creatividad instalada en un interesante punto de encuentro entre tradición y futuro.

 
 

Lanza Internacional – Lanza Internacional (República Independiente de Música Popular) Niños del CerroLance (Quemasucabeza)
Apuntados como grupo revelación, incorporados a un nuevo sello y con posibilidades ciertas de ampliar su audiencia, Niños del Cerro enfrentó la tarea de publicar su segundo disco con una jugada riesgosa. En “Lance”, la canción, hay un ejemplo: avanza animada y amigable sobre terreno conocido, pero luego se transforma en una pieza de ruido y electricidad, que deriva en un solo de guitarra de indiscutible influencia jaiviana, hasta sumar más de ocho minutos de extensión. En Lance, el disco, conviven la experimentación y los momentos pop. Así, Niños del Cerro confirma que es una banda que suena fresca, actual e irremediablemente latina.

 
 

Las Hermanas Loyola – Hermanas Loyola (Academia Nacional de Cultura Tradicional Margot Loyola Palacios) Nova MateriaIt comes (Crammed Discs)
Después de disolver Pánico y sin una pizca de nostalgia, Eduardo Henríquez y Caroline Chaspoul iniciaron un dúo que al mismo tiempo es orgánico y electrónico. Como ya ocurría en la última etapa de su grupo anterior, en su disco debut hay máquinas y beats en diálogo constante con fierros, piedras, trozos de madera y todo tipo de objetos que se puedan manipular para generar un sonido. Con esa clase de instrumentos, y mezclando letras en inglés y castellano, Nova Materia hace una música que sirve para la pista de baile, pero a ratos también es oscura, hipnótica y ensoñadora. Una lección.

 
 

Manuel Huerta – Aunque haya rabia () Pascuala IlabacaEl mito de la pérgola
Este es casi un disco conceptual. Todos son ritmos que nacieron en calles de distintas partes del mundo. Desde el Sahara al Río de la Plata. Varios son lugares que la propia Pascuala ha recorrido, en la errante vida que la distingue desde niña. Pero en las canciones, más que una recreación estricta, hay sobre todo una inspiración. El “Son de la vida” no suena calcado a un son jarocho en una calle de Veracruz, pero sí como sonaría en una de Valparaíso y eso es lo que justamente evoca El mito de la pérgola. Por eso se llama así, por las pérgolas, alguna vez centro de las plazas de los pueblos. Y del pueblo habla: De la inmigración. De la ambición de poder. De la falta de algo en que creer... Fotografías precisas del Chile del 2018.

 
 

Martín Benavides – III (Escaramuza Records) Rodrigo EspinozaSiete flores negras (Discos Pendiente)
Parte de la segunda oleada de jazzistas de la llamada “generación cero-cero”, Rodrigo Espinoza ha sido uno de los contrabajistas que han pasado desde la sección rítmica natural a la dirección de ensambles y de proyectos creativos. En su estreno como líder y como autor de una música que se sostiene en ideas breves y en ocasiones irreconocibles dentro de la improvisación, presenta una sesión a trío grabada en un par de horas con la absoluta convicción de la espontaneidad como eje, reuniendo a solistas de tres ciudades: el pianista Leo Genovese (Nueva York), el baterista Gabriel Puentes (Ciudad de México) y el propio Rodrigo Espinoza (Santiago de Chile).

 
 
 

 

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