Poco antes de cerrar su residencia en Estados Unidos, Pancho Molina grabó una última sesión de jazz contemporáneo junto a músicos de Nueva York. Sus compañeros de generación, el argentino Leo Genovese (piano) y el italino Francesco Marcocci (contrabajo), completan la sección rítmica de un elenco que se presentó en clubes de la ciudad como Soundscope Quartet. Allí, la figura central fue nada menos que el saxofonista soprano Dave Liebman, quien había integrado las bandas eléctricas de Miles Davis en su período más oscuro, ácido y funk, entre 1970 y 1974. Cada músico aporta aquí una composición especial: Liebman, la balada "Mommie's eyes"; Genovese, una abstracta y moderna "Kurosawa"; Marcocci, una pieza en el estilo hard bop como "High spirits", y Molina la funky y latina "Una buena tarde", escrita a todas luces para las propiedades solísticias del propio Dave Liebman. Además, se presentan dos bellas melodías de Víctor Jara, "Luchín" y "El derecho de vivir en paz", observadas respetuosamente desde su espíritu esencial de cantos populares sureños. El derecho de vivir en paz, con la figura de Dave Liebman, será así el tercer disco del baterista chileno realizado en Nueva York, una trilogía con tres grandes maestros del saxofón, y que tiene capítulos previos en Open for business (2011), donde actuó George Garzone, y en Oración >> antisocial (2016), junto a Joe Lovano. En 2018, Molina regresaría a Chile para reanudar la vida musical en Concepción, su ciudad natal, donde en la década de 1980 comenzó todo. —Iñigo Díaz