Ernesto Bustos B.

Surgieron desde el inicio con formato de trío, a partir de la inquietud de tres amigos de barrio, todos estudiantes secundarios en el Liceo 14: Eduardo Olivares en guitarra, Danilo Sánchez en bajo y voz, y Eduardo Martin en batería se criaron en la comuna de La Cisterna, entre los paraderos 27 y 29 de la Gran Avenida. La discoteca Concorde, de San Bernardo, acogió sus primeras presentaciones, cuando el circuito rockero local se encauzaba entre el Gimnasio Manuel Rodríguez y la Sala Lautaro; fiestas de liceos, y espacios más pequeños, como El Hueso, Pelo y La Profecía, a dónde llegaba una audiencia leal a Poozitunga.

«Éramos un grupo rockero neto, con harto power. Adorabamos a los Tumulto», se autodefinen en el libro Prueba de sonido, de David Ponce.

Entre sus hitos en vivo estuvo su participación —junto a Arena Movediza, Grupo X, Quilín, Roca Viva, La Bandera de la Manzana, Andrés y Ernesto & Alejaica, Lunallena, Cosas Rústicas y Tumulto, entre otras bandas convocadas por el programa "Los súperdiscos", de Radio Nacional— del festival Seis Horas de Rock y Amistad, en el Court Central del Estadio Nacional, en diciembre de 1980. Mostraron entonces covers de Led Zeppelin y temas propios, como "Conflicto limítrofe" y "Papas fritas".

Cuatro años más tarde, Poozitunga dejó grabado un único disco que finalmente no llegó a concluirse para su publicación. Jugó en contra que el ingeniero a cargo, Francisco Straub, partió a Londres y dejó el proyecto inconcluso. Desilusión, cansancio y desgaste gatillaron que sus integrantes tomaran otros caminos musicales, como el paso de Martín por Sol y Medianoche. A fines de la década Martin y Sánchez incluso tuvieron un breve intento pop, con Los Chicos Malos).

Con diferentes formaciones, se inscriben reapariciones de Poozitunga en encuentros puntuales en vivo en Santiago, en 2003 y 2007 (ciclo «El ADN del rock chileno», en Plaza Vespucio).