Los Jaivas. 50 años de historia
Reseña:
La extensa y nutrida historia de Los Jaivas sin duda irá engrosando cada vez más textos de recuento, análisis y documentación en torno a su asombrosa trayectoria, y en tal sentido es mejor mirar cada uno de ellos como partes complementarias de un relato prácticamente inabarcable de una sola vez. La biografía de la periodista Pamela Urbina aparece justo cuando el grupo celebra su medio siglo de trabajo (de ahí, el título), y su más claro antecedente es el esfuerzo emprendido previamente por Freddy Stock en Los caminos que se abren. En comparación con aquel anterior recuento, este libro aporta nuevos datos, testimonios y también perspectivas de ánalisis. Las voces de Juanita Parra, Mónica Monsalve (viuda de Gato Alquinta) y Eugenia Correa (viuda de Gabriel Parra) sobresalen como el testimonio de un pilar femenino que explica parte importante del trayecto del grupo y las exigencias prácticas de su opción de vida nómade y sencilla, escasamente considerado hasta ahora. El libro se levanta también sobre recuerdos y opiniones de varios colaboradores (chilenos y extranjeros), y de Eduardo Parra como el músico que más parece haber colaborado con la investigación (incluyendo la redacción de un poderoso prólogo y el testimonio de hitos casi nunca antes abordados, como su detención en Argentina a mediados de los años setenta). Concluido su recuento de la historia de Los Jaivas, Urbina anexa la descripción de cada una de las carátulas de sus discos, la relación entre su música y otras expresiones (del cine de Raúl Ruiz a una plaza que lleva su nombre en Recoleta), fotos antes inéditas y ocho entrevistas a admiradores del grupo (incluyendo a Los Bunkers, integrantes de bandas tributo, un crítico musical y el propio Freddy Stock). La autora es parte de la Comunidad Jaivamigos, y su cercanía al conjunto es evidente en el relato (que no intenta guardar distancia crítica con el conjunto). De hecho, el libro se gana el elogio del propio Eduardo Parra en el prólogo:
«Leer hoy las páginas escritas con el amor y la admiración que Pamela deposita en ellas es estar viendo en carne y pensamiento el lenguaje que tanto estuvimos esperando. En la actualidad, y para nuestra gran satisfacción, hay y ha habido narradores de la historia de la música popular chilena que hablan con la propiedad, el estudio y el conocimiento de quien respeta y desea construir una cultura […]. Pamela retrata fielmente en este libro la inquietud y el afán con que actualmente se desenvuelve quien desea comentar las alternativas del quehacer artístico en Chile».