Siempre rodeado de incertidumbres, 2022 será recordado como el primer año de la pospandemia, pero también por el remezón que sufrió el proceso constitucional, parte del estallido social de 2019 que tantas canciones gestó. La tensión política y social, junto con una amenaza inflacionaria, se hicieron parte del paisaje. En medio de eso, la música chilena volvió paulatinamente a los escenarios y a los discos, diversa y saludable. Se vivió un innegable auge de la música urbana chilena, que se instaló de manera bastante monopólica en los medios de comunicación y en los programas de festivales. También fue un año de partidas de valiosos músicos chilenos, y de reconocimiento a historias y a dimensiones no siempre valoradas de la música. Han transcurrido tres años accidentados y extraños, que desembocan ahora en un 2022 en el que la música chilena instaló cimientos de una normalidad distinta.
MÚSICOS DEL AÑO
Guillermo Rifo
Pogo, Zalo Reyes, Roberto Lecaros, Panchito Cabrera, Rubén Nouzeilles, Patricio Renán y Luis Castro González fueron figuras del punk, la canción romántica, el jazz, la industria discográfica, la Nueva Ola y el folclor que murieron en 2022. Al comenzar el año falleció también un hombre que ponía en jaque las definiciones rígidas: Guillermo Rifo, muerto a los 76 años, transitó libremente como percusionista, compositor, arreglador, director orquestal, académico y educador. Lo de traspasar márgenes era casi un rasgo de personalidad: entre música clásica, contemporánea o popular, no hacía distinción. «Pudo haber sido el Astor Piazzolla chileno. El que musicalizó su ciudad y tendió puentes entre músicas dispersas», lo despidió el musicólogo Juan Pablo González.
Percusionista de la Orquesta Sinfónica Nacional durante tres décadas. Primer vibrafonista de jazz en el país. Creador de Aquila (1973), Hindemith 76 (1975) y Latinomúsicaviva (1978). Fundador de la cátedra de percusión en la Universidad Católica y la Escuela Moderna de Música. La suya es de esas biografías plagadas de recovecos inesperados. Su nombre aparece en discos de Buddy Richard, Frecuencia Mod, Fernando Ubiergo, Tito Fernández, Sonia la Única y Hugo Moraga. Su figura estuvo en 1990, en la celebración por el retorno de la democracia en el Estadio Nacional, y en el homenaje que el Teatro Colón de Buenos Aires acogió en 2017 para el centenario de Violeta Parra. Su firma está en arreglos orquestales para canciones de la propia Violeta Parra, y también de Víctor Jara y Patricio Manns. Su oficio está en la música que compuso semanalmente para el programa televisivo Al Sur del Mundo, que luego transformó en una suite orquestal. Su espíritu urbano y modernista quedó en piezas como “El Puente del Arzobispo” y “Santiago 20 hrs.”. Más encima, era un hombre afable y sencillo. Valga el lugar común: una pérdida irreparable. Biografía.
Elisa Avendaño
La discusión acerca del valor del Premio Nacional de Música o del alcance que debería tener sigue su marcha hacia los tiempos actuales desde que en 1945 el compositor Pedro Humberto Allende fuera el primero en conseguirlo. La de 2022 fue una temporada decisiva en estos términos debido a que contra todos los pronósticos y a las candidaturas consolidadas de una serie de académicos, fue una mujer desconocida venida de una aldea de Paillanao, en Padre Las Casas, quien se impuso en la obtención. Pero a sus 65 años, Elisa Avendaño Curaqueo ya contaba con una larga historia en la divulgación de la música mapuche, la ancestralidad, la cultura de su pueblo y el mapudungún.
Iniciada como una niña en el campo de Lautaro, ella comenzó a mostrar sus primeros tayül, cantos improvisados en ceremonias mapuche, lo que la encaminó a convertirse en ülkantufe, o “la que hace el canto tradicional de la tierra”. Siempre luciendo atuendos mapuches, con bella orfebrería, kultrún en mano y un canto a viva voz, durante más de tres décadas ha llevado ese mensaje por distintos lugares de Europa y América. Su labor divulgativa se extendió desde sus clases realizadas en liceos, colegios, universidades, centros educativos, instituciones públicas y privadas, cárceles y comunidades hasta los tres discos con cantos diversos que la pusieron preliminarmente en el mapa de La Araucanía. Eso hasta que el Premio Nacional de Música —como la cuarta mujer en la historia en conseguirlo—, detonó un eco mucho mayor. Biografía.
Myriam Hernández
Reconocimientos internacionales mucho más discretos que el suyo conquistan, a veces, espacios de entusiasmo promocional desproporcionado. Y si el impulso de autobombo se ha vuelto el vicio que más requiere moderación en tiempos de redes sociales, le concedemos a Myriam Hernández haber tenido razones más que justificadas para enviciarse sin culpa. En noviembre, recibir en Las Vegas un Grammy Latino a la Excelencia Musical fue una conquista que debió haber tenido reconocimiento transversal (sólo Lucho Gatica había acariciado antes el mismo premio como chileno, entre una lista de figuras fuera de toda duda, de Roberto Carlos a Mercedes Sosa, de Los Tigres del Norte a Charly García), y que además en su caso llegó en momentos de comprobable buena estrella.
El Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical se otorga por votación del Consejo Directivo de la Academia Latina de la Grabación «a artistas que han realizado contribuciones creativas de excepcional importancia artística en el campo de la grabación durante sus carreras», y el legado de Myriam Hernández (Santiago, 1967) desde los años ochenta hasta hoy en el competitivo campo de la balada y la canción romántica en castellano es innegable. Quedó marcado ya con su álbum debut, en 1988, con al menos cinco singles perdurables en nuestros tiempos, partiendo por “El hombre que yo amo”. Pero continúa hasta ahora, luego de un 2022 ocupado en la publicación de Sinergia, su último disco, además de una gira por veinte ciudades de Estados Unidos y la difusión de su tema a dúo con Javiera Mena (“Dunas”), entre otras alianzas relevantes. Biografía.
Cris MJ
Hay varios nombres que durante 2022 revelaron la trascendencia y la profundidad que la música urbana chilena ha alcanzado en menos de cinco años. Polimá Westcoast y Paloma Mami van al Festival de Viña de 2023. Como ellos, Pailita, Standly, Julianno Sosa, AK4:20, Marcianeke y otros suman cientos de millones de reproducciones en plataformas de streaming, y todos ellos han protagonizado masivos conciertos, han colaborado con grandes nombres internacionales, sus canciones se bailan y sus letras se gritan en fiestas y discotecas. Espacios en internet se dedican a la música urbana, junto con programas en la televisión abierta, reportajes en diarios e incluso las grandes radios, que históricamente ha sido cautelosas con los músicos chilenos, programaron como nunca sus canciones.
Cris MJ es uno más en esta escena. Es un músico de 21 años que creció e inició su oficio musical en la población 17 de Septiembre de La Serena. En 2021 alcanzó alta difusión con canciones colectivas como “Los malvekes” o temas individuales como “Locura y maldad”. En 2022 tuvo una marca que muchos querrían: su reguetón “Una noche en Medellín” fue la canción chilena con más reproducciones en Spotify, con 503 millones. No sólo es la más alta del género urbano, sino que tiene ese lugar entre todas las canciones chilenas de la historia en la plataforma de escucha. Le arrebató ese lugar a “Tak tiki tak”, de Harry Nach en 2020 y a los “Ultrasolo” y “Ultrasolo remix”, el otro gran hit del 2022. Las cifras son datos meramente cuantitativos, pero en este espacio de la música esos números son primordiales, y por eso el símbolo de este año, histórico para la música urbana según algunos, no puede ser otro que su mejor marca: «Una noche en Medellín / Y te pago el gym». Biografía.
DISCOS ELEGIDOS
Los editores de MusicaPopular.cl escogen 20 discos chilenos publicados en 2022.
Andy | Noviembre
Banda Conmoción | Lakitas esenciales
Congreso | Luz de flash
Cristián Crisosto y Christian Hirth | Mu
Cristóbal Briceño | Doler crece
Diego Lorenzini | Palabritas y palabrotas
Dulce y Agraz | Albor
Fernando Milagros | Obsydiana
Francis Durán | Lunar
Javiera Mena | Nocturna
Julianno Sosa | Finalmente rico
Magdalena Matthey | Amor urgente
Martín Benavides | Temporal
Melissa Aldana | 12 stars
Nicolás Vera | Bruma
Niños del Cerro | Suave pendiente
Rosario Alfonso | De canciones tristes y otras sutilezas
Stailok | Recetas
Villamillie | La flor del anhelo
Yorka | Chao
Disco del año para MusicaPopular.cl
Congreso | Luz de flash
(Sony Music)
La canción “El álbum de fotos” nos habla de cuánto tiempo ha transcurrido sin que lo hayamos medido, y es una suerte de golpe inesperado: la vida que avanza y en muchos casos se termina. «Tu figura ausente ahora me persigue, y no estás», canta Pancho Sazo, autor de esos textos tan impactantes acerca de la añoranza: la imagen de una mujer que se reía del amor, capturada en una fotografía que se difumina. Congreso ha dado otra muestra de carácter y de capacidad musical con este álbum que en 2022 sorprendió a un medio embriagado con la música urbana y las redes sociales. Lo hizo prácticamente desde el silencio y una posición en la retaguardia de la visibilidad, con canciones poderosas y conmovedoras, sostenidas en esa poesía delicada y los timbres más reconocibles del grupo: el piano, el saxo soprano, la marimba o la polirrítmica batería del compositor Sergio Tilo González, que toma inspiración en danzas latinoamericanas desde su enfoque de fusión: landó ("El nuevo barrio"), bolero ("Murió la flor", de Los Ángeles Negros), porro ("Porrito"), habanera ("La plaza de los sueños") o marinera ("Ay! caramba"), además de canciones ciento por ciento congresianas ("La piel de tus heridas", "Bajo el puente", "Alzheimer", otra mirada sobre la recta final). Biografía ⇑
Andy | Noviembre (11:11)
Andrés Abarzúa es un músico de formación académica, que durante años ha trabajado en bandas, componiendo para obras de artes escénicas, produciendo a otros artistas y siendo uno de los gestores del sello 11:11. Noviembre es su primer disco y se puede entender como resultado de ese camino recorrido. En sus nueve canciones participan Natisú, Javier Barría, Rubio, Dindi Jane, Oddó, Kinética, Santi, Andrés Landon, Fakuta, Kali Mutsa y Benjamín Walker. Todos parecen participar de un juego donde es Andy quien pone las reglas: aportan sus voces, que aparecen intervenidas, multiplicadas o rodeadas por elegantes piezas electrónicas, atmosféricas y casi siempre pausadas, nutridas por sutilezas y detalles. Son composiciones que dialogan con la música ambiental y la experimentación, con algo del sonido urbano y el pop. Biografía ⇑
Banda Conmoción | Lakitas esenciales (Autoedición)
No era necesario que la Banda Conmoción explicitara en el título y carátula de su disco más reciente la admiración por la tradición musical nortina, pues ha sido algo evidente desde su debut hace casi quince años. Pero de todos modos este saludo al oficio de los lakitas -sus instrumentos, sus ritmos y juegos vocales- es tan central a este álbum que llega incluso a marcar una diferencia en la propia discografía del conjunto. Tan rigurosos son sus arreglos e interpretación, y tan colorida el encuentro entre estilos (como lo demuestra el bailable single “Vas a gozar”, una inteligente adaptación del “Vas a llorar”, del músico ariqueño Schmeling Salas), que al fin es posible darle a este álbum un bonus como música patrimonial. No hay año, moda ni punto geográfico preciso para este disco, que abarca tanto a la vez. Biografía⇑
Cristián Crisosto y Christian Hirth | Mu (Aconcagua Records)
Músicos de muy distintas generaciones aunque en paralelo puntales de MediaBanda, el saxofonista Cristián Crisosto y el baterista Christian Hirth no solo son los dos supervivientes de la primera formación de este grupo post Fulano, sino que han instalado sus nombres como exponentes medulares en la música improvisada en Chile, cada vez es más visible y valorada. La voz japonesa mu dice relación con un estado de vacío esencial y de no pensamiento donde cualquier cosa puede ocurrir. Por definición, la música improvisada toma ese manifiesto y aquí ambos solistas demuestran la jerarquía que han alcanzado como investigadores y creadores de la improvisación, a través de momentos donde ellos se superponen a sí mismos en sesiones duplicadas. Hay batería y saxofones, flautas y clarinetes, aunque también electrónica y voces que llegan desde Japón con la cantante especialista en música contemporánea Ayumi Maesato, que añade una tímbrica más a esta narrativa de música libre. Biografía ⇑
Cristóbal Briceño | Doler crece (Autoedición)
«Odio lo tibio: / me gusta caliente o me gusta frío». Debe cantarlos pensando en relaciones interpersonales, pero esos versos de “Tibio” podrían aplicarse al carácter que Cristóbal Briceño le ha dado a su propia trayectoria en la música. Caliente en su productividad, con discos ya casi incontables entre bandas (la más conocida, Ases Falsos), seudónimos varios e impesquisables, y una firma solista que en ocho años lleva once álbumes. Frío en su distancia de los epicentros de autopromoción y de sus códigos; parco con los medios, inubicable en redes sociales, y descentralizado geográficamente. Pero no es su cancionero el de un músico excéntrico, ni menos la de un anacoreta: es melodía pura y dura la que en Doler crece ordena composiciones sinceras sobre conflictos emocionales reconocibles, presentados con ingenio y precisa elegancia, como en tributo a la tradición de canción pop para adultos que tanto a Briceño como a su productor en el disco, el cantautor Diego Peralta, les combina magníficamente. Biografía ⇑
Diego Lorenzini | Palabritas y palabrotas (Uva Robot)
Se espera en los versos de las canciones de Diego Lorenzini una coloquialidad chilena que no necesariamente busca el chiste, pero que gana gracia cuando se la combina en la composición de melodías sencillas (el disco cierra con una de autocrítica titulada “Cliché, cliché, cliché”). En estas 24 composiciones, se vale aludir a las relaciones entre personas usando expresiones como «te tienen pa’ la patá y el combo», «está mal pelado el chancho» y «TKM CTM», pero no es esa picardía la que al fin domina el cuarto álbum del talquino hoy radicado en Barcelona. El oído estará más atento a los arreglos, a timbres probablemente inesperados: cuerdas acústicas y eléctricas, congas y timbales, piano y bronces}, programaciones y un montón de coros. Es una fiesta no necesariamente alegre pero sí disfrutable a la que ha invitado a amigos de muchos lados del mundo, estén o no de acuerdo con el manifiesto que Lorenzini levanta en un tema como “Nada en contra del k-pop”, que dice tantas cosas sobre él pero también sobre nuestro tiempo incansable. Biografía ⇑
Dulce y Agraz | Albor (Lanzallamas)
El primer EP homónimo de Dulce y Agraz se publicó en 2015, cuando Daniela González era una adolescente, y parece que desde entonces hubiera pasado un siglo. Albor es su segundo disco de larga duración y es el trabajo de una compositora que a los 24 años escribe y canta como una artista avezada, todavía vinculada al pop pero también aventurada hacia la poesía. Ahí permanece su voz suave y siempre melódica, que por momentos se multiplica como si fueran varias, y se rodea por arpegios de guitarra, programaciones, teclados y efectos diversos. Ahí están ahora unos versos inspirados, a veces enigmáticos, que se cantan pero también se recitan sin melodía, como palabra hablada. Los nueve títulos del disco, de hecho, se pueden leer como un breve poema independiente: «La luz se desintegra. / Ella, / ahora es otra. / Esta vislumbra / al borde del precipicio, / clara / entre las sombras, / lumbre de amores / en el sol que se amanece». Biografía ⇑
Fernando Milagros | Obsydiana (Jungla Music)
La de Fernando Milagros es una soledad asumida, de voluntaria disidencia de las modas y, por lo mismo, ambiciones contenidas. Acaso pierda con ello estridencia y ubicuidad, pero gana en una música como en capas de significados, en la que no todo es evidente. La discografía de Fernando Milagros avanza como un sendero que con los años ha ido perdiendo en anchura para ganar en sutilezas y hondura. Obsydiana, su séptimo LP, aparece década y media después de su debut, pero hay en verdad mundos de distancia entre la antigua ingenuidad de Vacaciones en el patio de mi casa (2007), aferrada al rasgueo en la guitarra y persistente melancolía, y esta nueva construcción de canciones sinuosas. Sugieren sombras y misterios, y en las que pistas reconocibles de paisaje, inquietud emocional y ancestralidad de se instalan sin ser explícitas. Es un sonido más rústico que brillante, más regional que capitalino, más de flujo que de imposición: un “folk intuitivo”. Biografía ⇑
Francis Durán | Lunar (República Independiente de Música Popular)
El hermano menor del dúo de compositores de Los Bunkers es Francisco Durán, guitarrista, tecladista, cantante y un músico excepcional. Junto a Mauricio Durán también ha compartido en bandas como Lanza Internacional y Pillanes, ha realizado la producción de álbumes de Francisca Valenzuela, Manuel García o Los Ángeles Negros, y ha sido sesionista en el concierto MTV unplugged del cantante ranchero Pepe Aguilar. Toda esa versatilidad se despliega en Lunar, un disco concebido y grabado durante la pandemia. Con el nombre de Francis Durán, el músico compone, canta y toca casi todos los instrumentos que se escuchan a lo largo de un repertorio que se inicia con “Bus”, tema discotequero con evocación a los años ‘80, y que pasa por melodías acústicas, referencias pop y sonidos electrónicos. Lunar es, al final, uno más de los caminos musicales que Durán ha recorrido, un álbum coherente, sereno y muy cuidado en los detalles, que ayuda a dejar atrás, y odiar menos incluso, los tiempos pandémicos. Biografía ⇑
Javiera Mena | Nocturna (Meni)
Después del endeble Espejo (2018), Javiera Mena publicó un quinto disco en el que se concentra de nuevo en lo que mejor sabe hacer: pulsos bailables y seductores y melodías tributarias del canon ochentero y noventero. Nocturna es un retorno a ese pop electrónico y romántico donde se ha sentido más cómoda desde sus inicios, con múltiples referencias al amor entre mujeres: «Señora, pisa mi terreno», advierte en “La Isla de Lesbos”, el single que abre el álbum. «Escapemos / de la maldita culpa / Lejos del bien y lejos del mal», son los últimos versos del disco, que puede escucharse así como un relato sobre fiesta, sexo, amor y liberación. Las colaboraciones de Myriam Hernández (“Dunas”) y el español Chico Blanco (“Diva”), así como la incorporación de ciertos timbres —saxo en “Eclipse total”, guitarra acústica y flauta en “Me gustas tú”— matizan estas canciones, hasta excesivas en su vocación deliberadamente pop. Biografía ⇑
Julianno Sosa | Finalmente rico (Sosa Mafia)
En 2022 Julianno Sosa publicó en Spotify 46 canciones, una abundancia habitual entre los músicos urbanos. Además alcanzó marcas que suman cientos de millones de reproducciones y en ese contexto Finalmente rico es apenas parte de un vasto paisaje, pero da una muestra precisa de este chileno de 24 años, residente en EE.UU. Contiene hits como “Ganas”, junto a Young Cister, además de mucho reguetón, el género que Julianno Sosa abrazó esta temporada como estrategia comercial y como su reinicio en la música tras pasar cinco meses privado de libertad. De ello habla en “Lo peor”: «Y el dolor me pesa todos los días / Pensando en mi hermanito que no ha salío’ todavía». La mayor parte de los chilenos solo ha conocido a Julianno Sosa a través de las pantallas, porque no visita el país desde hace seis años. A pesar de esa distancia, su música honesta, sin dobles lecturas y poderosamente bailable ya está impregnada en el público chileno. En Finalmente rico se encuentran sueños y relatos de una parte desconocida del país donde sólo se escucha música urbana. Biografía ⇑
Magdalena Matthey | Amor urgente (Autoedición)
El silencio, la ternura y la contemplación de una mujer que ha atravesado por zonas de turbulencias parecen identificarse con la austeridad que se siente en Amor urgente. Es el desenlace de un ciclo de canciones iniciado por Pide un deseo (2015), el disco del cáncer que ella debió enfrentar, y Lo más cerca posible (2017), el disco de la sanación y el cariño. Ya a sus 50 años, Magdalena Matthey exhibe una estatura muy madura entre los cantautores de hoy, con un trabajo reflexivo en su amplia dimensión, que completa aquella historia reciente. Siempre desde la raíz folclórica permeada por su propia mirada y sensibilidad, en sus canciones, todas bellísimas y calmas, ella se pregunta acerca del silencio, del dolor y del amor. Y aún más: ¿qué sería si volviera a nacer?. La música cuenta con nombres como el decisivo Sergio Tilo González, e invitados que hacen de las canciones todavía mejores de lo que ya eran: León Gieco y Paz Mera. Biografía ⇑
Martín Benavides | Temporal (Autoedición)
Otras veces mereció un espacio en nuestras selecciones de fin de año Martín Benavides, pese a que circula lejos de los focos de mayor atención para los creadores pop de su generación. A su favor, se instala la contundencia de una creatividad imaginativa y diversa, cómoda tanto en la composición de canciones pop como en música para montajes teatrales, y derivas electrónicas que, como en este álbum, se vuelven cautivantes precisamente por su desvarío. No hay timbres únicos ni atmósferas distintivas en esta secuencia que avanza a veces como una marcha graciosa (“Lego Monk”), otras como precuela de una odisea espacial (“Despegue”), o incluso como invitación al baile probablemente afín a los gustos de la tercera edad (“Vals II”). Este disco no requiere de canto alguno para distinguir un sello de autor, y ahí está el inesperado cover para “El derecho de vivir en paz”, interpretado en theremin, que lleva el himno de Víctor Jara a un espacio nuevo, sin solemnidades, de encuentro con las fuerzas inmortales y sugerentes que merece. Biografía ⇑
Melissa Aldana | 12 stars (Blue Note)
En una escalada progresiva de acontecimientos musicales, la saxofonista chilena de jazz alcanzó una cota mayor en 2022 con su debut como artista del sello Blue Note. 12 stars es un salto de calidad en esa cronología, pero sobre todo es la marca de una cualidad. Aldana es aquí no solo la solista que ha capturado la atención de Nueva York sino una compositora a la que se le abre un mundo pospandémico incierto aunque prometedor. Esas doce estrellas son las mismas que luce en su corona la Emperatriz, una de las cartas del tarot de la que ella tomó su inspiración poética. Todo el álbum parece como un capítulo de su autobiografía, y transcurre entre la caída libre que significó el virus a nivel personal y un resurgimiento como resultado de la resistencia y la resiliencia. Melissa Aldana lidera un quinteto donde reaparece el contrabajista chileno Pablo Menares y cuya música flota en un plano de abstracciones permanentes, con un diálogo sostenido entre el saxo tenor y la guitarra de Lage Lund, que en la improvisación termina dando forma a la composición de Melissa Aldana. Biografía ⇑
Nicolás Vera | Bruma (TMPRLMNT)
Guitarrista, compositor, improvisador y productor, Nicolás Vera ha sido un protagonista en las últimas dos décadas del jazz actual en Chile. De hecho su disco debut, Fiasco contemporáneo (2003), ha sido descrito como el punto de partida para esta parte de la historia, que viene a desembocar ahora en Bruma. Allí todas esas categorías enumeradas al comienzo quedan a un lado, o bien se unen para consolidar un solo cuerpo, en una obra que sobrepasa con largueza lo que entendemos como jazz. Vera experimenta en completa soledad en su casa con las grabaciones que realizó en el estudio, en una producción digital que toma sonidos de antiguos teclados como el Jupiter 80, el Juno, el Arp 2600, y las cintas magnetofónicas para crear un relato propio que lo lleva de regreso a su natal Concepción y la bruma que la inunda. También como un homenaje a su bisabuelo, el escritor Daniel Belmar, autor de la novela “Ciudad brumosa” (1952). Biografía ⇑
Niños del Cerro | Suave pendiente (Fisura)
Parte de una generación del rock chileno que se forjó en la industria independiente, Niños del Cerro es una banda que se quedó a vivir en esa independencia, dado que las grandes discográficas nunca más se abrieron a este género, alguna vez el eje de su negocio. El grupo cumplió diez años en 2022 fuera de las viejas lógicas comerciales, y de este modo ha seguido con su tranco de un rock honesto, sin dogmas y consecuente. Esta temporada volvió a llenar sus conciertos, junto con la puesta en circulación su tercer disco, Suave pendiente. Allí, el quinteto articula melodías psicodélicas, sonidos acústicos y la dureza contenida de la batería, en un repertorio de 15 canciones que se suceden equilibradamente una a otra, para el encanto de los nostálgicos del formato LP. Es posible que una capa de melancolía cubra muchas de esas canciones, pero ello es parte del proceso de la banda y, de paso, también habla del Chile de nuestros tiempos. Así lo dicen en “Tentempié”: «Todavía me duele todo / y todavía no aprendo nada». Biografía⇑
Rosario Alfonso | De canciones tristes y otras sutilezas (Uva Robot)
Lo primero (2018), el debut de Rosario Alfonso, contenía siete canciones tocadas con cuatro venezolano, guitarra y ukelele, cantadas con su voz siempre dulce y tranquila. Era un álbum atractivo por su sencillez y naturalidad, que también impregnaba sus letras. Este segundo disco preserva esas cualidades y añade matices y nuevos elementos. Así como incorpora el noble sonido del contrabajo, el chelo, el trombón, la trompeta y el flugelhorn, incluye un pequeño coro y una colaboración con Benjamín Walker que suma hasta tintes electrónicos. También se deleita en juegos vocales delicados y cautivadores, hasta posicionar la voz como eje central. Todo, para construir canciones de desamor que no rehúyen un singular tono paródico, en las que caben frases coloquiales como «me importa un pepino» o«erís tan chamullento». Canciones tristes, pero entrañables. Biografía⇑
Stailok | Recetas (Autoedición)
Stailok es uno de los MC de Movimiento Original, y eso parece suficiente para asegurar un espacio en la historia reciente de la música chilena. Su modo de vocalización (flow, en el argot rapero) con aires de reggae y dancehall lo han distinguido como una voz mayor del rap chileno, siendo invitado a grabaciones de muchos artistas, no solo de hip-hop. En 2018 debutó como nombre propio con “Justice”, y en 2022 lanzó su primer disco, Recetas, donde hay varias canciones antes presentadas como singles. Es un álbum diverso, de reggae, raggamuffin y rap, con componentes urbanos (brilla el dúo “More” con la joven Seamoon). Se acompaña de varios ilustres, como Demian Rodríguez, Cestar, Tiano Bless y Airstame (su compañero en M. O.). Stailok puede parecer menos visible entre el festival de millones de reproducciones en plataformas que ostenta la música urbana, pero es un músico en plena actividad. En 2022 comenzó en un sideshow de Lollapalooza y terminó en el Teatro Coliseo a tablero vuelto. Biografía ⇑
Villamillie | La flor del anhelo (Autoedición)
Coescrito por Marcela Millie, el romance “La flor del anhelo” cuenta una historia de maltrato femenino. Es la canción que titula el primer disco del dúo que ella integra con el músico Juan Pablo Villanueva. De sus dos apellidos surge un nombre: Villamillie. En esa pieza tan elocuente se distinguen con claridad los dos pilares del grupo: el delicado virtuosismo instrumental de Villanueva, un experimentado hombre de La Gallera y Hoppo, y la conmovedora voz de Millie. A partir de esa ecuación, el disco transita por varias danzas y ritmos latinoamericanos, corrido, tonada, cueca y bailes de salón. Es un repertorio donde incluso aparecen canciones que les fueron enseñadas por la abuela de Juan Pablo Villanueva, aunque también abundantes temas originales, donde ellos reinventan libremente tradicionales como “Casamiento de negros”. La flor del anhelo fue el disco ganador del Premio Pulsar en 2022 en la categoría Música de Raíz, por su esencia como un folclor del siglo XXI. Biografía ⇑
Yorka | Chao (Autoedición)
El título del cuarto disco de Yorka es explícito. Las diez canciones de Chao hablan de despedidas, quiebres y finales. De los recovecos de las rupturas amorosas, pero también de despedidas a lugares o seres queridos. Como es esperable, varias de esas piezas tienen tonos nostálgicos o tristes, pero quizás un rasgo distintivo de este álbum sea que no es el único: a ratos parecen también canciones de consuelo, incluso de celebración. Las voces de las hermanas Yorka y Daniela Pastenes, siempre melodiosas y cálidas, son esenciales para provocar esa sensación, potenciada por la sonoridad más ambiciosa y directamente radial que el dúo trabajó con el productor Cristián Heyne, la más pop en sus diez años de trabajo. El sencillo “Viento” es representativo: un himno a un padre fallecido, con colaboraciones de Gepe y la colombiana Lido Pimienta, que se impuso como Canción del Año en los Premios Pulsar y ahora lleva a Yorka a la competencia internacional del Festival de Viña del Mar. Biografía ⇑
LIBROS DEL 2022
La Biblioteca de MusicaPopular.cl registró 21 libros sobre música chilena publicados en 2022.
Antología 2022
Selección y contenidos: MusicaPopular.cl
Rodrigo Alarcón, Iñigo Díaz, Marisol García y Jorge Leiva
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